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Seguridad alimentaria: Qué es, importancia y cuáles son las políticas

Las naciones del mundo enfrentan un desafío global: la lucha contra el hambre. De allí que establecer políticas de seguridad alimentaria sea fundamental para esta misión.

Los números sustentan la necesidad de generar un cambio urgente: el informe 2021 de la Red Mundial Contra la Crisis Alimentaria detalla que 193 millones de personas en 53 países del mundo sobreviven a una crisis alimentaria aguda. Se trata de 40 millones más si comparamos esta cifra con la arrojada en el año 2020.

En algunos países como en Etiopía, Madagascar, Sudán y Yemen, la situación es tan crítica que, de no tomar medidas ya, pueden generarse muertes generalizadas por inanición.

Te explicamos esto para que tengas un contexto de lo importante que es entender y contribuir con la seguridad alimentaria.

¡Veamos de qué se trata y cuáles son las políticas que aplican!

¿Qué es la seguridad alimentaria?

No se trata de un concepto nuevo, de hecho nació en la década de los 70. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la seguridad alimentaria como una forma de acceso físico, social y económico que tienen las personas permanentemente a los alimentos.

Pero no a cualquier tipo de alimentos, sino de productos que sean nutritivos, seguros y en cantidades suficientes como para cubrir las demandas energéticas del ser humano. Esto permite al hombre tener una vida activa y saludable.

Así que podemos establecer que tiene tres pilares fundamentales:

  • La disponibilidad de los alimentos;
  • El acceso de las personas a los alimentos;
  • El consumo nutricional adecuado.

El acceso de las personas a los alimentos no solo se define por las posibilidades de comprarlos, sino también de producirlos y hacer uso de ellos. El potencial agrícola de muchos de los países del mundo es clave para reducir el hambre y dar de comer a millones de personas.

¿Por qué es importante la seguridad alimentaria?

Empecemos por el hecho de que la alimentación es un derecho de todos los seres humanos. Partiendo de esto, podemos establecer la importancia de la seguridad alimentaria.

Es relevante para el hombre, porque busca lograr una alimentación más saludable.

La razón es que no solo se trata del hambre que afecta a una buena parte de la población mundial. A esto también se le suma un problema que está haciendo estragos en la humanidad: la obesidad.

La malnutrición, al otro extremo, también es una dificultad que los impulsores de las políticas alimentarias sustentables empiezan a empujar.

Entonces, la seguridad alimentaria apunta a la producción local para satisfacer las necesidades alimentarias culturales de una nación y atender los casos de hambre y obesidad.

En los últimos años, nació un concepto nuevo: la soberanía alimentaria. Esta busca erradicar la pobreza, la desnutrición y educar a la población que tiene un acceso constante a los alimentos para impulsar hábitos más saludables.

Así, el cambio debería ser notable en la calidad de vida y en la dignidad de las personas.

Niveles de inseguridad alimentaria

Según la FAO existen tres niveles de inseguridad alimentaria. Vamos a detallar cada una:

  • Inseguridad alimentaria leve: Está presente cuando existe incertidumbre sobre la capacidad que tiene la población para obtener los alimentos.
  • Inseguridad alimentaria moderada: Ocurre cuando la calidad y la variedad de los alimentos está comprometida y no llega la cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de la población.
  • Inseguridad alimentaria grave o severa: Se produce cuando la población deja de consumir alimentos por un día o más.

En algunos lugares, aunque se cuenta con acceso a los alimentos para satisfacer las necesidades nutricionales del hombre, no existe la certeza de que este acceso sea permanente. En ese momento llega la necesidad de reducir la cantidad de los alimentos para garantizar la sobrevivencia.

De allí que la incertidumbre sea uno de los problemas que provoca que una nación caiga en alguno de los niveles de inseguridad alimentaria. Esto puede desencadenar consecuencias graves en la salud de las personas.

En México, por ejemplo, se estima que el 20% de los hogares en los que se sientan a comer, no se asegura el siguiente plato del día. Además, de los 30 millones de hectáreas que existen en este país para el cultivo de alimentos, solo se utilizan 22 millones.

Estos son algunos de los factores que amenazan la seguridad alimentaria a nivel mundial:

  • El cambio climático;
  • La escasez de recursos hídricos;
  • Explosión demográfica;
  • Los efectos socioeconómicos que dejó la pandemia por COVID-19;
  • El alza en los precios de los alimentos;
  • Fallas de gobernanza.

Para América Latina y El Caribe representa un reto conseguir la seguridad alimentaria para sus pobladores. Pero no es una tarea imposible, siempre y cuando se establezcan políticas y estrategias acertadas.

En este sentido, las recomendaciones son:

  • Eliminar las limitaciones provocadas por algunos vacíos institucionales, haciendo que el Estado esté más comprometido con este desafío;
  • Entender la importancia que tiene el desarrollo agrícola para lograr los objetivos. Por lo tanto, el aumento del financiamiento es clave;
  • Trabajar en lograr un mercado con menos distorsiones.

El rol del campo en la seguridad alimentaria

Las buenas prácticas agrícolas son fundamentales para lograr la seguridad alimentaria. En este sentido son indispensables buenas políticas públicas que proporcionen apoyo al trabajo del campo.

El agronegocio debe hacerse bajo:

  • La integración de las actividades que realiza el medio rural con las cadenas productivas económicas;
  • La colaboración entre las organizaciones de productores;
  • El fortalecimiento de las políticas públicas;
  • La producción de alimentos de calidad sin dañar el medio ambiente;

Es innegable la necesidad de tener actividades productivas para lograr campos más productivos, justos y que el trabajo que allí se realiza sea respetuoso con el medio ambiente.

¿Cómo garantizar la seguridad alimentaria desde la siembra?

Sí es posible garantizar la seguridad alimentaria desde los cultivos como, por ejemplo, con la cosecha gruesa.

Tomemos en cuenta que este es el primer eslabón para que los alimentos lleguen a la mesa. Así que, trabajar en mejorar la siembra y hacerla más sustentable es trascendental.

Estas son algunas de las formas en que se puede garantizar desde la siembra que los alimentos lleguen a más hogares:

  • Mantener la diversidad genética de plantas y animales.
  • Establecer normas para las buenas prácticas agrícolas.
  • Trabajar en pro de mejorar la calidad ambiental y con ello productos más seguros.
  • Lograr el buen uso de fertilizantes químicos.
  • Evitar la contaminación de los nitratos.
  • Crear nuevas oportunidades de mercado para la siembra y que así los productores tengan más ventanas para la comercialización.

No hay dudas de que las buenas prácticas pueden permitir cubrir una demanda alimentaria creciente y para ello la sugerencia de la FAO es que para el año 2050 los países desarrollados produzcan el doble de los alimentos.

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