Fertilizantes químicos: ventajas y desventajas
Los fertilizantes químicos, elaborados con sustancias ricas en nutrientes clave para mejorar las características y la calidad del suelo, son ampliamente utilizados en la agricultura intensiva, pues permiten optimizar el proceso productivo y minimizar las pérdidas de los cultivos.
Las plantas requieren dos tipos de nutrientes para desarrollarse y crecer, los macronutrientes y los micronutrientes. Mientras que los primeros deben ser abundantes, los segundos son requeridos en cantidades mucho más pequeñas. Así, los fertilizantes combinan macro y micronutrientes con la finalidad de atender a las demandas nutricionales de la planta.
¡En este contenido, abordaremos la información más relevante sobre los fertilizantes químicos! Aquí conocerás toda la información sobre estos abonos, sus potencialidades y, también, las consecuencias negativas que pueden generar si no son administrados y aplicados de forma idónea.
¿Qué son los fertilizantes químicos?
Los fertilizantes químicos son sustancias cuyo propósito principal es proporcionar a las plantas los agentes nutricionales necesarios para su desarrollo adecuado.
Estos abonos son elaborados de manera artificial combinando nutrientes que mejoran la fertilidad y la capacidad productiva de la tierra, como el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
Características de los fertilizantes químicos
Su principal particularidad es tener una máxima solubilidad en agua para que el producto pueda disolverse en el suelo y entrar tanto de forma pasiva como activa a la planta mediante el flujo hídrico.
Aunque los fertilizantes son muy usados por los agricultores para maximizar las cosechas y mitigar enfermedades, es importante mencionar que, su uso de forma inadecuada, puede ocasionar consecuencias negativas tanto para las plantas como para el medio ambiente: deterioro de la microfauna y de la estructura del suelo, variación de pH, entre otros.
Tipos de fertilizantes químicos
Existen varios tipos de fertilizantes disponibles en el mercado con diferentes composiciones, presentaciones y modos de aplicación. Por lo cual, su selección depende mayoritariamente de las características y demandas nutricionales del cultivo que se desea tratar.
Fertilizantes minerales convencionales
Especiales para la agricultura y el cuidado de céspedes, son los que más se utilizan. Su característica más relevante es que se disuelven fácilmente en el suelo. Entre los principales encontramos:
- Fertilizantes de potasio: Son ideales para las plantas sensibles;
- Fertilizantes nitrogenados: Se encuentran en diferentes formas y se caracterizan por contener altos niveles de nitrógeno;
- Nitratos de sodio: Son útiles para suelos ácidos;
- Sulfato de amonio: Son útiles para suelos ácidos y su efecto es acidificante;
- Nitrato de amonio: se utiliza en varios cultivos debido a su bajo riesgo;
- Amoníaco: Contiene aproximadamente un 80% de nitrógeno y no es adecuado para los jardineros hogareños;
- Urea: Contiene altas concentraciones de nitrógeno, y rápida absorción por las plantas.
La aplicación de estos tipos de fertilizantes requiere un cuidado extremo, ya que, si se usa de forma inadecuada, tiende a elevar el pH del suelo, lo que podría ocasionar quemaduras y daños en los cultivos.
Fertilizante de fósforo
Es ideal para suelos áridos porque sus nutrientes no pueden degradarse en suelos alcalinos o neutros.
Una de sus ventajas es que los fosfatos granulares que se disuelven en agua no alteran el pH del suelo.
Complejos binarios
Estos son los que contienen dos de los tres macronutrientes; como por ejemplo: 35-15-0, siendo 35 % nitrógeno y 15 % fósforo.
Complejos ternarios
Estos contienen los tres macronutrientes: Nitrógeno, Fósforo y Potasio.
Fertilizantes de lenta liberación
Se disuelven de forma lenta, lo que permite la liberación paulatina de los nutrientes en el suelo.
Fertilizantes organominerales
Mezcla de materia orgánica con nutrientes minerales (Potasio, Nitrógeno, Magnesio, etc.), son ideales para realizar una completa fertilización en el abono de fondo en cualquier tipo de cultivos.
Abonos foliares
Son los que aplican pulverizando sobre la planta y se utilizan como complemento al abonado de fondo. Este aporta micronutrientes como el cobre, manganeso y hierro.
Correctores de carencias
Estos fertilizantes químicos se usan para corregir carencias concretas de uno o varios elementos a la vez.
Por ejemplo, si existe una carencia de cobre, se puede utilizar un producto rico en este elemento. También hay algunos fertilizantes denominados A+Z que presentan todos los microelementos necesarios para el buen desarrollo de los cultivos.
4 ventajas de los fertilizantes químicos
Los fertilizantes químicos son cruciales para satisfacer las altas expectativas y necesidades de la agricultura intensiva. ¡Descubre sus principales ventajas!
1. Mayor producción por hectárea
El uso adecuado de los diferentes tipos de fertilizantes promueve una mejora expresiva en los espacios y superficies destinadas a la actividad agrícola.
Debido a su gran aporte nutricional, pueden optimizar la producción por hectárea y facilitar el desarrollo de plantas para optimizar los resultados de la cosecha.
Además de mejorar el mecanismo de absorción de los nutrientes, aumentan hasta en un metro la profundidad de las raíces, fortaleciendo tanto la nutrición y el aporte hídrico como la estructura de la planta.
2. Ajuste de suelos
Los fertilizantes químicos permiten ajustar los componentes y las características del suelo, como niveles muy bajos o altos de acidez.
De esta manera, el uso moderado y consciente de estos productos, ayuda a que los suelos sean más fértiles y mejoren su calidad para atender nuevos ciclos de producción.
3. Respuesta ante situaciones críticas
Cuando se presentan situaciones críticas en los cultivos y las plantas no parecen desarrollarse de forma correcta, los fertilizantes químicos pueden ser una excelente alternativa.
El motivo central es que los fertilizantes N-P-K (que contienen nitrógeno, fósforo y potasio) pueden mejorar la salud y las expectativas de las plantas en fases avanzadas de cultivo por medio de aplicaciones foliares. Básicamente, este sistema implica diluir el fertilizante en agua para esparcirlo directamente en las hojas de la planta.
4. Capacidad de adecuarse a necesidades específicas
Estos fertilizantes presentan ciertas propiedades químicas, cantidades específicas de nutrientes y valores que dependen del propósito de cada producto.
Por esta razón, es posible encontrar en el mercado fertilizantes con valores y características concretas que atiendan las necesidades del emprendedor agrícola ante determinadas situaciones o fases del ciclo de producción.
4 desventajas de los fertilizantes químicos
A pesar de su utilidad, el uso desorganizado de los fertilizantes químicos puede generar consecuencias negativas como:
1. Degradación del suelo
Una mala administración de los fertilizantes degrada el suelo hasta llegar a la infertilidad en el largo plazo.
Entre otras cosas, esto se debe a que pueden incrementar sustancialmente los niveles de acidez, generar saturación de macronutrientes o alterarlo a tal punto que el suelo pierde la sensibilidad y la capacidad de absorción ante diferentes nutrientes.
2. Contaminación de aguas subterráneas
Como aportan nutrientes y minerales de forma natural, la contaminación de las aguas subterráneas puede representar pérdidas en el ciclo de producción inmediato y comprometer el futuro de la actividad agrícola en el lugar.
Este problema puede resultar de la aplicación inadecuada de productos químicos que no son completamente absorbidos por plantas y pueden acumularse en el subsuelo.
3. Quemaduras de sal
Las quemaduras son una alerta de la deficiente o inadecuada utilización de fertilizantes químicos y evidencian la deshidratación del tejido de las plantas, dificultando así su correcto desarrollo.
Los fertilizantes con un alto índice salino, principalmente los elaborados con compuestos como el nitrato de sodio, son los que demandan más cuidado para evitar quemaduras de sal.
4. Crecimiento exagerado
Las dimensiones y los tamaños de las plantas pueden sobrepasar los parámetros normales debido a una aplicación poco organizada de fertilizantes químicos.
Cuando se llega a este punto, lejos de aumentar la productividad, se compromete la cosecha y la supervivencia de las plantas.
Un tamaño superior a los índices normales representa una presión excesiva para follajes y raíces, además de tener una influencia en la degradación de los suelos.
Para evitar estos inconvenientes, lo ideal es encontrar un punto de equilibrio complementando los fertilizantes químicos con abonos y compuestos orgánicos.
Asimismo, es importante analizar los suelos y las plantas constantemente para asegurarse de que los tamaños sean los idóneos y para detectar a tiempo reacciones negativas.
Formas de aplicación de los fertilizantes químicos
En cuanto a la aplicación, existen 3 formas de proporcionar a la planta los nutrientes necesarios a través de productos químicos:
Aplicación radicular o al suelo
Se diluye en agua o se aplica el fertilizante directamente en el sustrato o en la base de la planta para que las raíces puedan maximizar la absorción de nutrientes.
Aplicación foliar
Complementaria a la fertilización del suelo, abarca la aplicación de fertilizante a modo de lluvia en las hojas de las plantas usando un pulverizador. Como se absorbe de forma inmediata, permite observar buenos resultados en menos tiempo.
Fertirrigación
Consiste en el aprovechamiento del agua de riego para la disolución y la aplicación del fertilizante en los cultivos. Si se maneja correctamente, es posible reducir las contaminaciones.
¡Hemos terminado!
Los fertilizantes químicos son sustancias imprescindibles para la agricultura intensiva, pero su uso inadecuado puede afectar en gran medida tanto a los ciclos de producción como a los suelos.
Combinarlos con compuestos orgánicos, observar la dinámica de desarrollo y de crecimiento de los cultivos y saber administrar las cantidades óptimas son aspectos claves para utilizar fertilizantes químicos de forma segura y sustentable.
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