8 cosas que debes saber sobre el cultivo de tabaco
Uno de los principales cultivos a nivel mundial es el de tabaco, el cual se desarrolla en más de 120 países, con China a la cabeza como principal productor y Asia al frente como el continente de mayor explotación de esta planta.
De los cuatro millones de hectáreas que se estiman están plantadas para el cultivo de hojas de tabaco, un tercio de estas están localizadas en el territorio del gigante asiático.
Del total de tierras a escala mundial utilizadas para la agricultura, el 1 % se usa para cultivar tabaco, el cual tiene la capacidad de adaptarse a diferentes suelos y climas.
En la década de 1960, Estados Unidos, México y Canadá eran quienes producían el grueso del tabaco a nivel mundial. Hoy esos, además de China, el mercado lo lideran Malawi y la República de Tanzania.
La industria tabacalera a nivel mundial vale unos 20 mil millones de dólares, sin contar otros productos que son manufacturados a partir de esta planta.
En el año 2000, se estimaba que la producción total de tabaco a nivel mundial era de 7 toneladas anuales. Este fue su momento cumbre, ya que luego se ha ido reduciendo por razones sanitarias y ambientales, aunque sigue dando empleo a más de un millón de personas en el mundo.
Ahora que tienes este panorama amplio del cultivo de tabaco, probablemente te surjan muchas dudas más específicas sobre el tema, como, por ejemplo, ¿cuál es el estado de esta industria en Argentina?
Si quieres conocer la respuesta a esta pregunta y muchas otras particularidades, ¡sigue leyendo!
1. Otras generalidades sobre el cultivo de tabaco
Como mencionamos, la industria del tabaco genera miles de trabajos alrededor del mundo, debido a que el cultivo de tabaco es intenso en lo que se refiere a mano de obra, ya que cada hectárea plantada necesita de unas 2.200 horas-hombre.
Estas horas de trabajo se destinan, por ejemplo, para la preparación del suelo, según el clima en donde se vaya a plantar, y para la recolección de las hojas listas para ser procesadas.
La planta del tabaco proviene de climas tropicales, por lo que la temperatura óptima para su cultivo oscila entre los 18 °C y los 28 °C. Esta le permite desarrollarse de mejor forma y tener una cosecha más temprana. Los ambientes muy húmedos producen hojas menos elásticas y con menor contenido de nicotina.
En zonas de cultivo anual y con el clima adecuado, las plantas pueden durar varios años y crecer más allá de los dos metros. Esto último se debe a que una de las características del tabaco como planta es que rebrota al cortarse.
2. ¿Cómo se cultiva el tabaco?
El cultivo del tabaco comienza en semilleros en los que se utilizan dos sistemas: 95 % con cepellón y el 5 % restante con raíz desnuda, que es la manera tradicional de cultivar esta planta.
Es conveniente que la preparación del terreno se haga en otoño y que esta sea una labor profunda en la tierra para que esta esté preparada para el trasplante que se realizará llegando la primavera.
La semilla de tabaco requiere temperaturas cálidas para germinar, entre unos 25 a 30 °C. La germinación debe comenzar en invernadero entre 4 a 6 semanas antes de la última helada.
La preparación del suelo requiere que la tierra en la que se está trabajando tenga un pH neutro o ligeramente ácido, que sea profunda y que esté un poco más suelta, sin charcos. Estos factores inciden en la fertilidad del terreno y del cultivo.
Los trabajos de terreno ayudan a controlar malas hierbas y malezas. En muchas plantaciones se usan surcos o caballones para que, con el riego, no se formen pozas o lixiviación del terreno, así como cualquier otro mal que pueda dañar las raíces. La finalidad de esto es que la tierra esté mullida para que el aire circule en mejor forma y que los cultivos puedan absorber el agua.
El trasplante se realiza con máquinas trasplantadoras de dos o más hileras. Las pinzas están recubiertas de un material blando para evitar daño. El operario va colocando desde una bandeja las respectivas plantas en las pinzas en posición invertida, con las raíces al exterior y la parte aérea hacia el centro de un disco.
Luego, ese disco se gira para que los almácigos queden en la posición correcta, ligeramente inclinados hacia un surco abierto por la máquina.
Es importante separar las bandas de fertilizantes por unos 12 centímetros a cada lado de la planta y otros tantos centímetros de profundidad para las raíces, completando el proceso de siembra y trasplante.
Hay que destacar que para tener un cultivo de tabaco sano, se debe evitar el exceso de agua. Para que no se formen charcos y pozas en el terreno trabajado es muy importante que el riego previo al trasplante se haga unos dos meses antes y procurar que el suelo esté uniformemente húmedo, por lo menos hasta un metro de profundidad.
Los expertos en plantaciones de tabaco recomiendan el uso de caballones para asegurarse de que el drenaje de la plantación sea el óptimo y a que el cultivo crezca más tempranamente, ya que la capa de tierra del caballón es muy fina y permite nutrición directa a las raíces, aprovechando mejor la luz solar y la incorporación de otros nutrientes al suelo utilizado.
Idealmente el caballón debe tener 20 centímetros de altura y la distancia entre los mismos debe ser de 1,2 metros.
3. Abonado del cultivo de tabaco
Abonar la tierra previo a una siembra es una actividad obligatoria en cualquier especialidad del rubro agrícola. Es importante conocer cuáles son los elementos más importantes cuando el objetivo es tener un suelo en las mejores condiciones para una cultivo sano y una provechosa cosecha. Alguno de estos factores son:
Nitrógeno
Para lograr una buena cosecha, el aporte en nitrógeno es vital, ya que tiene incidencia en el metabolismo de la planta de tabaco.
El aporte de este elemento se manifiesta en la concentración de nicotina, nitratos y amoníaco en las hojas. El nitrógeno influye en cómo se absorben otros nutrientes como el potasio y el fósforo.
En una alta concentración de nitrógeno veremos que el potasio y fósforo disminuyen. La urea y el sulfato amónico son dos de los fertilizantes nitrogenados más usados en la industria tabacalera.
Es importante destacar que, para que surta los efectos deseados, el nitrógeno debe abonarse un mes antes de realizar el trasplante.
Fósforo
Incide en el proceso de maduración de las hojas. El exceso de fósforo produce hojas quebradizas y secas, parecidas al cartón.
Si existe deficiencia de este nutriente las hojas toman un color verde azulado, por el aumento de clorofila. La combinación de fósforo, calcio y superfosfatos, aplicada al suelo en el que se cultiva el tabaco, provoca que este sea más ácido en su composición, pero esto solo ocurre inmediatamente después de ser aplicado y, luego, baja el pH con el paso de los días.
Esta es la mejor forma para aportar fósforo a una plantación tabacalera.
Potasio
La capacidad de combustión de las hojas del tabaco depende de las sales potásicas que están presentes en la planta. Si existe deficiencia de este elemento, las hojas tendrán un aspecto encorvado hacia su interior, haciéndolas más cortas, menos elásticas y con menor consistencia.
Calcio
El exceso de calcio provocará una combustión incompleta en los cigarros que se manufacturen, ya que un alto contenido de este nutriente compacta la ceniza y no permite que el aire circule, quitándole calidad al producto final.
Magnesio
Para mejorar la combustión de una hoja de tabaco necesitamos que el magnesio se presente en cantidades altas, ya que su ceniza es porosa y suelta.
Por tanto, el equilibrio entre el aporte de calcio y magnesio a una cosecha de tabaco, con hojas secas y fermentadas, es un aspecto de gran importancia.
4. El desarrollo del tabaco como cultivo
El tabaco, como planta, cuenta con un ciclo corto de crecimiento y desarrollo. Por esto es un cultivo considerado exigente desde el punto de vista nutricional. Cuenta con un 90% de agua en estado vegetativo, por lo cual mantener el equilibrio en la hidratación añadirá o restará valor en el mercado.
Si la planta de tabaco tiene deficiencia de agua, su rendimiento será muy bajo en cuanto a cantidad y combustión. Si por el contrario, el cultivo sufriese un exceso de humedad, las nerviaciones se desarrollarían más de lo necesario y esas hojas no resistirían el proceso de fermentación.
Cuando las plantas ya están por alcanzar su tamaño máximo, se comienza a formar – en la parte superior del tallo – la inflorescencia (función reproductora), que mermará la calidad y rendimiento. Esto señala la importancia de eliminarla mucho antes de comenzar a recolectar las hojas del tabaco, por medio de técnicas de despunte.
Este despunte se hará cortando varias hojas justo por encima de la zona con inflorescencia. La cantidad a despuntar dependerá del rendimiento en peso y calidad del cultivo al cosecharse.
El despunte producirá brotes que también deben eliminarse para no afectar la calidad de la cosecha final.
También existen formas químicas para realizar este proceso, como la hidracida maleica. Esta técnica se realiza utilizando pulverizadores de baja presión, con tres boquillas (dos laterales y una central), inclinadas en 45º y a una distancia de 25 centímetros de la parte alta de la planta. Así, el líquido recorrerá la planta en su totalidad.
También existen máquinas despuntadoras mecanizadas para realizar simultáneamente el despunte, desbrote y la aplicación de productos indicados para esta etapa del cultivo de tabaco.
5. Cosecha y recolección del tabaco
Cuando las plantas de tabaco están maduras se tornan quebradizas y adoptan un color amarillo pálido con algo de brillo. La maduración del tabaco se da gradualmente desde lo alto de la planta hacia abajo.
La recolección de las hojas de tabaco puede hacerse de manera manual o con ayuda de máquinas. Cuando se emplea de forma tradicional o manual, se convierte en la etapa que demanda una mayor cantidad de tiempo en la actividad tabacalera.
En tanto, el uso de máquinas autopropulsadas y herramientas similares agiliza el proceso de manera sustancial
Un ejemplo de los recursos que se utilizan para la recolección mecanizada de hojas de tabaco es la máquina cosechadora autopropulsada de dos hileras, que separa las hojas mediante un proceso de repelado con paletas de goma, en sentido vertical y de arriba hacia abajo. Desde ahí pasan a una banda transportadora que las pone en el contenedor trasero.
6. El cultivo de tabaco en Argentina
El cultivo de tabaco es de vital importancia para las regiones de Jujuy, Salta y Misiones, desde el punto de vista económico y laboral, ya que en estas se concentra el 84% de la producción de Argentina.
Los orígenes de la producción de tabaco en la nación se remontan a la década de 1930. Todo empezó en Tucumán, Salta y Corrientes, para después extenderse a las provincias de Jujuy, Catamarca, Chaco y Misiones.
Para que tengas una idea más profunda de esta actividad en Argentina, veamos sus particularidades en las regiones más importantes en cuanto a producción.
Jujuy
Las lluvias de tipo orográficas en época estival, además de la situación de valles a diferentes alturas con respecto al nivel del mar, desde los 750 a los 1.100 metros de altitud, hacen de la zona geográfica de Jujuy un lugar en el cual la industria tabacalera puede seguir prosperando.
Esta región presume de al menos tres zonas de producción de tabaco, que tienen características propias – pero todas ideales para este cultivo – y que apenas tienen unos pocos kilómetros de distancia entre sí.
El riego en Jujuy es necesario durante todo el ciclo del cultivo. Luego de los primeros meses, como lo son julio, agosto y septiembre, se entra en la etapa intermedia, que es la de mayor temperatura y menor humedad y, a la vez, la que complementa esta tarea de manera natural gracias a precipitaciones importantes de la época.
A partir de noviembre y diciembre se riega periódicamente cada 6 a 10 días debido a temperaturas ambientales altas, humedad relativa media y alta evaporación del agua del suelo.
Comúnmente, durante enero y la primera quincena de febrero, ya cosechado el 50% del tabaco, hay lapsos de sequías intensas que obligan a los productores a recurrir al riego.
Misiones
En Misiones la zona productora está situada sobre el costado oeste de la provincia. La actividad se centra en el tabaco tipo Burley, que corresponde alrededor del 95% de su producción.
Se estima que en la región hay unos 17 mil productores y, en total, más de 80 mil personas directamente relacionadas con el ámbito laboral de la actividad tabacalera.
Salta
En esta zona, el tabaco se suele sembrar en almácigos en los meses de julio y agosto. Las plantas pequeñas que se obtienen de estos se llevan al campo para la plantación definitiva en los meses de septiembre y octubre. La cosecha se comienza en el mes de diciembre y se extiende hasta febrero.
Aquí se produce casi el 28% del tabaco Virginia disponible tanto para la venta interna como para la exportación.
Además de Salta, Jujuy y Misiones, otra muy importante en el cultivo de tabaco, como mencionamos líneas atrás, es corrientes.
La geografía juega a favor de esta localidad, ya que ahí confluyen grandes ríos y es el cruce obligado para las comunicaciones con otros países latinoamericanos.
En su zona suroeste está el Área Tabacalera Correntina, la cual comprende los departamentos de Goya, Lavalle, San Roque y el norte de Esquina. En esta zona se producen al año varias toneladas de tabaco, principalmente del denominado criollo correntino, con una demanda en aumento en los últimos tres años.
7. Los tipos de tabaco argentino
Como ya sabes, los tabacos de tipo Virginia y Burley son los más cultivados y desarrollados en la nación. También juegan un papel clave los criollos, que tienen como epicentro las provincias de la zona nordeste.
Además de los mencionados y abordados anteriormente, también es necesario destacar el flue cured, plantado en el valle de Jujuy y que se cultiva desde hace 50 años en condiciones climáticas muy particulares, resultando un producto especial por su maduración, porcentaje elevado en calidad y estilo, con un aroma muy agradable a los sentidos y un color naranja que hace que sea bien recibido tanto en el mercado nacional como en el internacional.
Hay que mencionar que el tabaco tipo flue cured se produce en su totalidad bajo riego por sistema gravitacional, siendo esto un factor fundamental que incide en las características del mismo. En consecuencia se obtiene una calidad de tabaco con cualidades definidas y estables a través de los años por no depender exclusivamente de las precipitaciones.
El tabaco criollo correntino es de la zona de Corrientes. Este tabaco cosechado se pone en un secadero en la zona de producción para luego clasificarlo y venderlo
8. Trabajar en la industria del tabaco
En los últimos diez años, el empleo en la industria tabacalera argentina ha ido en disminución. Pese a esto, es una de las mayores actividades económicas, que mantiene económicamente a miles de familias.
La demanda ha sufrido muchos cambios, que son consecuencia de la concientización sobre los efectos de la nicotina y el alquitrán en el organismo de las personas, en parte gracias a políticas públicas informativas.
En la actualidad, más de un millón de trabajadores están empleados en la fabricación de tabaco en todo el mundo. Sin embargo, la mayor parte del empleo sigue siendo en la producción de hojas, en particular en los países en desarrollo.
Esas tendencias exigen la adopción de medidas encaminadas a desarrollar alternativas de empleo agrícola y no agrícola social y económicamente viables, en particular para los cultivadores de tabaco y los trabajadores de la producción de hojas.
Los cambios en la demanda, así como la adopción de nuevas tecnologías, seguirán impulsando la evolución del mercado laboral en este sector en los próximos años.
El sector todavía tiene que hacer frente a importantes deficiencias en la calidad como las malas condiciones de trabajo, la exposición a tareas peligrosas y arriesgadas, largas jornadas y bajos salarios, así como el uso frecuente de trabajo infantil.
De hecho, la Organización Internacional del Trabajo ha tomado cartas en el asunto para poder regular esta industria – así como estás asociadas a la producción en el campo -, para que en general proteja a sus trabajadores y sea una gran fuente de empleo digno y orientado al desarrollo humano.
Las medidas de la OIT en esta materia son:
- intervenir todo el sistema alimentario de un país cualquiera, desde la siembra en una huerta hasta que el alimento llega a la mesa para ser consumido;
- asesorías y ayuda técnica de personal de la OIT para modificar y añadir valor a toda la cadena de alimentos, bebidas y tabaco, entre otros;
- fondos de investigación para ampliar el conocimiento y elaborar mejores políticas públicas en la industria tabacalera;
- alentar el intercambio de conocimientos entre países productores de tabaco para que se pongan en práctica las mejores formas de realizar el trabajo en cada etapa de la cadena de producción;
- asistir en el diálogo entre los trabajadores de la industria del tabaco y las grandes corporaciones del sector.
En resumen, Argentina, siendo el gran productor de tabaco en la región sudamericana, tiene muchas cosas que mejorar en su proceso de cultivo, al igual que muchos otros países, tanto en medidas ambientales como en derechos y condiciones laborales.
¡Y listo! Si has llegado hasta aquí, ¡felicitaciones! Ya conoces, de forma amplia y general, las características y particularidades del cultivo de tabaco, tanto en Argentina como a nivel mundial.
Como ves, esta industria sigue siendo fundamental para las economías, aunque experimenta una nueva realidad de demanda que, quizás, lleve a los productores a priorizar la calidad sobre la cantidad en los próximos años.
Esto nos invita a pensar en que la inclusión de nuevas tecnologías, que optimizan el tiempo de trabajo y permiten desarrollar cada etapa de producción con mayo calidad, se consolidará como uno de los pilares, al igual que la aplicación de prácticas sustentables, que disminuyan la huella ambiental de la industria.
Como productor, tienes que estar al pendiente de estas nuevas realidades e incorporarlas de manera estratégica para consolidarte en lo más alto del mercado y garantizar la viabilidad de tu actividad.
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