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Producción de sorgo en Latinoamérica: importancia y realidad actual

La producción de sorgo es un pilar fundamental para la agricultura en Latinoamérica. En México, este grano representa alrededor del 22 % de la producción de granos forrajeros, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), lo que evidencia su papel estratégico en la alimentación animal, la industria y la seguridad alimentaria.

Sin embargo, los agricultores enfrentan problemas y dificultades como la volatilidad de los precios, el acceso limitado a tecnología y las condiciones climáticas adversas, que impactan directamente en los rendimientos y la rentabilidad del cultivo.

Con una adecuada planificación y adopción de tecnología, la producción de sorgo puede superar estos desafíos y ser un motor clave para el desarrollo del sector agrícola en la región.

Explora con nosotros la actualidad y el futuro de este cultivo en América Latina.

¿Qué es el sorgo y por qué es importante para la región?

El sorgo es un cereal de origen africano, reconocido por su resistencia a condiciones climáticas extremas. Es especialmente adaptable a regiones semiáridas y áridas, donde otros cultivos como el maíz no prosperan con la misma eficiencia.

Este grano es una fuente fundamental de alimentación humana en países en desarrollo, un ingrediente clave en la alimentación animal y una materia prima para diversas industrias, como la producción de biocombustibles y alcoholes.

En Latinoamérica, el sorgo se cultiva principalmente en zonas de climas extremos con temperaturas elevadas, escasez de agua y suelos de baja fertilidad.

Regiones como el norte de México (Tamaulipas, Guanajuato y Sinaloa), el noreste de Brasil y partes del Chaco en Paraguay y Argentina son ejemplos donde este cereal encuentra condiciones óptimas para crecer.

Su tolerancia a la sequía, gracias a un sistema radicular profundo y eficiente, lo convierte en una alternativa viable frente a otros cultivos que requieren mayores recursos hídricos. Además, el sorgo tiene un bajo costo de producción, lo que lo hace accesible para pequeños y medianos agricultores.

Según datos de la FAO, en 2024, Latinoamérica produjo más de 17 millones de toneladas de sorgo. Este cereal no solo contribuye a la seguridad alimentaria, sino que también impulsa la economía rural, brindando ingresos a miles de familias que dependen de la agricultura en áreas vulnerables.

Los principales países productores de sorgo en Latinoamérica

México, Argentina, Brasil, Guatemala y Honduras se encuentran entre los países donde la siembra de sorgo ocupa un lugar relevante en su agricultura.

México es líder regional en producción de sorgo

México encabeza la producción de sorgo en Latinoamérica, con una cosecha de 5.5 millones de toneladas en 2023, según datos de la SADER, lo que representa un incremento interanual del 3.8 % respecto a 2022.

Tamaulipas y Guanajuato son los principales estados productores, que concentran más del 60 % de la cosecha nacional.

La mayor parte de la producción mexicana se destina a la alimentación animal, cubriendo alrededor del 40 % de las necesidades de forraje en el país.

Argentina y su gran capacidad exportadora

Argentina se posiciona en la exportación de sorgo con una producción de 4.2 millones de toneladas en 2023, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Aunque esto representó una ligera disminución del 2 % en comparación con 2022 debido a condiciones climáticas adversas, el país sigue siendo uno de los mayores exportadores de sorgo en el mundo.

El sorgo argentino tiene alta demanda en mercados como China, que representa el 70 % de sus exportaciones. La capacidad de producir a gran escala, junto con su competitividad en costos, hace que el sorgo sea una opción estratégica para el sector agrícola.

Brasil es un mercado en equilibrio entre consumo interno y exportación

Brasil produjo 2.7 millones de toneladas de sorgo en 2023, según la Companhia Nacional de Abastecimento (CONAB). Esta cifra mostró un crecimiento interanual del 4.5 %, impulsado por la expansión de cultivos en estados como Goiás y Minas Gerais.

El sorgo en Brasil se destina tanto al consumo interno como a la exportación. Es utilizado en la alimentación animal, especialmente en granjas avícolas, y está ganando relevancia como materia prima para la producción de biocombustibles.

Guatemala, su producción está orientada al autoconsumo

En Guatemala, la producción de sorgo alcanzó 130,000 toneladas en 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este volumen, aunque pequeño en comparación con México o Argentina, representa un aumento del 6 % respecto al año anterior.

El sorgo guatemalteco se cultiva principalmente en regiones del oriente, como Jutiapa y Chiquimula, y está orientado al autoconsumo y pequeñas industrias locales. Su bajo costo y adaptabilidad lo convierten en una fuente importante de seguridad alimentaria en comunidades rurales.

Honduras es un cultivo clave para las pequeñas comunidades

En Honduras, la producción de sorgo en 2023 fue de 115,000 toneladas, según la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG). Este volumen se ha mantenido estable en los últimos años, con un leve crecimiento del 1.5 % en comparación con 2022.

Al igual que en Guatemala, el sorgo en Honduras se cultiva principalmente para el autoconsumo y como forraje para ganado en comunidades rurales. Su resistencia a la sequía lo convierte en un cultivo estratégico para zonas afectadas por el cambio climático.

Usos y mercados del sorgo en Latinoamérica

El sorgo encuentra sus mercados en la industria alimentaria y bioenergética, como también a partir de la alimentación animal. Veamos en detalle sus principales usos:

Alimentación animal

Este uso representa el mayor porcentaje de la demanda global, ya que es un alimento clave para el sector ganadero, especialmente en países con industrias de carne y lácteos altamente desarrolladas.

Los principales mercados demandantes para este uso incluyen a Estados Unidos, México, y Brasil, donde el sorgo es esencial para la alimentación de bovinos, aves y porcinos.

En países asiáticos, como Japón y Corea del Sur, también es altamente demandado como parte de las importaciones destinadas al sector ganadero.

Industria alimentaria

El sorgo es un ingrediente destacado en la producción de harinas, bebidas y alimentos sin gluten, convirtiéndose en una alternativa ideal para personas con intolerancia al gluten o celíacas.

Su harina se utiliza en panes, pastas y galletas, mientras que en países como India y China se emplea en la producción de bebidas fermentadas tradicionales.

En mercados como Europa y América del Norte, donde el consumo de productos sin gluten sigue creciendo, la demanda de sorgo en la industria alimentaria ha aumentado notablemente.

Bioenergía

Gracias a su capacidad de crecimiento en condiciones adversas y su alto rendimiento en biomasa, se utiliza en la generación de bioetanol.

En países como Estados Unidos y Brasil, líder mundial en la producción de biocombustibles, el sorgo se ha integrado en los planes de desarrollo energético sostenible.

Asia y África, regiones con altas necesidades energéticas, también representan mercados emergentes interesados en el sorgo como fuente de energía renovable.

Avances tecnológicos en el cultivo de sorgo

La incorporación de tecnología ha mejorado los rendimientos del sorgo. Algunos avances destacados son:

Mecanización avanzada como pulverizadoras de alta precisión

La mecanización en el cultivo de sorgo ha evolucionado con equipos especializados como las pulverizadoras Uniport de Jacto. Por su tecnología de aplicación precisa, estas máquinas reducen el desperdicio de insumos y mejoran la eficiencia en el control de plagas y enfermedades.

Son equipos diseñados para operar en terrenos difíciles, como en regiones semiáridas donde el sorgo predomina. Incorporan sistemas de mapeo y monitoreo en tiempo real para optimizar la aplicación de fertilizantes y fitosanitarios, adaptándose a las necesidades específicas de cada parcela.

Innovación genética en variedades resistentes

Jacto fomenta el uso de cultivares genéticamente mejorados, que presentan resistencia a plagas comunes como el pulgón amarillo y tolerancia a sequías prolongadas. Estas variedades aumentan el rendimiento por hectárea y garantizan una producción más estable frente a los cambios climáticos.

Esto es esencial para maximizar la productividad en regiones como el norte y centro de México, donde las condiciones extremas pueden amenazar los cultivos tradicionales.

Sistemas integrados como la plataforma EKOS

La digitalización también ha llegado al cultivo de sorgo con sistemas integrados como la plataforma EKOS de Jacto. Esta herramienta permite a los agricultores gestionar todo el ciclo del cultivo, desde la siembra hasta la cosecha.

EKOS recopila datos en tiempo real sobre el clima, la humedad del suelo y el estado de los cultivos, ayudando a tomar decisiones más informadas.

A la vez, facilita la planificación de tareas agrícolas, el control de costos y el análisis de resultados para mejorar la rentabilidad. Este enfoque tecnológico es una solución integral para pequeños y medianos productores que buscan optimizar sus operaciones.

Agricultura de precisión

Jacto también ofrece herramientas de agricultura de precisión como sensores y drones que monitorean el estado del cultivo.

Estas tecnologías permiten identificar áreas específicas con problemas de estrés hídrico o deficiencia de nutrientes, lo que ayuda a realizar intervenciones localizadas y más efectivas, y minimiza el impacto ambiental, alineándose con las prácticas agrícolas sostenibles.

Retos que enfrenta la producción de sorgo en Latinoamérica

Pese a sus ventajas como la tolerancia a sequías y su adaptabilidad a diferentes tipos de suelos, la producción de sorgo en Latinoamérica enfrenta desafíos significativos que limitan su potencial en la agricultura de la región. Entre los principales retos se encuentran:

  • Cambio climático: La variabilidad en las lluvias, temperaturas extremas y fenómenos como sequías reducen rendimientos y calidad.
  • Falta de acceso a tecnología: Los pequeños agricultores carecen de maquinaria y semillas mejoradas, lo que limita su competitividad.
  • Competencia con otros cultivos: El maíz y la soya reciben más apoyo en políticas agrícolas, relegando al sorgo.
  • Plagas y enfermedades: Problemas como el gusano cogollero y el mildiu afectan la producción, especialmente sin acceso a controles adecuados.
  • Mercados poco desarrollados: La falta de mercados consolidados dificulta obtener precios justos y expandir su comercialización.

Proyecciones futuras para el cultivo de sorgo en la región

Las perspectivas para el cultivo de sorgo en Latinoamérica son positivas, gracias a su potencial como cultivo resistente y su creciente relevancia en mercados globales. Entre las principales proyecciones se encuentran:

  • Demanda global creciente: El sorgo está experimentando un aumento significativo de demanda debido a su versatilidad como alimento humano, forraje y materia prima para biocombustibles. Países como China y Japón, principales importadores de sorgo, lo valoran por su uso en alimentos tradicionales y en la industria ganadera.
  • Innovación tecnológica: Se espera un avance importante en la adopción de tecnologías agrícolas como sensores inteligentes, drones y sistemas de riego automatizado, que mejorarán la productividad del sorgo. Estas innovaciones, respaldadas por programas de capacitación y financiamiento, ayudarán a pequeños y medianos agricultores a incrementar su competitividad.
  • Diversificación de mercados: Los productores latinoamericanos están explorando nuevas oportunidades de exportación hacia mercados emergentes en África, Medio Oriente y el sudeste asiático, además de fortalecer su presencia en Estados Unidos y China. El sorgo también se está posicionando como un ingrediente clave en productos libres de gluten, ganando terreno en la industria alimentaria global.

Apostando por el futuro del sorgo

La producción de sorgo es clave para el desarrollo agrícola de Latinoamérica. Este cultivo contribuye a la seguridad alimentaria, genera ingresos y fomenta la sostenibilidad.

Pese a los retos, las oportunidades tecnológicas y de mercado son inmensas. Apostar por el sorgo es invertir en un futuro más sostenible para la región.

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