producción de flores

¡Guía detallada sobre la producción de flores en Argentina!

Argentina inició sus pasos en el majestuoso y colorido mundo de la producción de flores en el siglo XX.

Fue a partir del año 1930, cuando inmigrantes de Japón y Alemania comenzaron a sembrar pequeñas macetas desde la zona norte de Buenos Aires, a lo cual luego se sumaron italianos y portugueses.

Es así como en el país nace la floricultura, que consiste en la técnica o disciplina dedicada al cultivo y plantas ornamentales para usos decorativos.

Es importante mencionar que la floricultura forma parte de la horticultura, esta última es una rama de la agricultura orientada al cultivo de plantas que utiliza el ser humano tanto para motivos ornamentales como medicinales, alimenticios y de otros tipos.

Acompáñanos a explorar la realidad de la producción de flores en Argentina y la potencialidad del mercado.

Primero, ¿cómo es el panorama mundial de la producción de flores?

Alrededor de 145 países en el mundo practican la floricultura, abarcando una superficie de siembra de unas 190.000 hectáreas con ingresos superiores a los 60 millones de dólares.

Esta actividad continúa en franco crecimiento, siendo las flores de corte el más demandado y después le siguen las plantas con flores y por último los bulbos y follajes.

La producción de flores y su comercialización se concentran en el hemisferio norte del planeta, específicamente cuatro países dominan estas actividades, como son: Holanda, Alemania, Estado Unidos y Japón. En este sentido las flores de mayor demanda son las rosas, cláveles y crisantemos.

Los avances tecnológicos y facilidades de tráfico aéreo han contribuido al incremento vertiginoso de este mercado y han permitido que países como Colombia, Kenia, Ecuador, China, Tailandia, Israel y Nueva Zelanda se conviertan ahora en grandes productores.

Un caso particular es Colombia, al cual el Banco Mundial apalancó con la premisa de sustituir las plantaciones de coca por esta actividad.

Situación nacional de la floricultura

La floricultura en Argentina no tiene el mismo papel protagónico como se observa en países de la región y a nivel mundial.

En esencia no está muy diversificada – en comparación con otros cultivos – y requiere del uso de tecnologías para un mejor posicionamiento en el marcado internacional.

Sin embargo, la realidad es que las posibilidades de crecimiento son tangibles y resulta un mercado interesante si quieres formar parte de una ola de prosperidad en los próximos años.

Además de que las condiciones climatológicas en Argentina son muy favorables para la producción de flores, existe suficiente materia prima en nuestra naturaleza.

La variedad de flores de corte en el país está en el orden de unas 30 especies de las 100 que están registradas a nivel mundial.

Las más predominantes en la nación son: crisantemos y claveles, el resto de variedad casi no se cultiva en el país, y esto representa una gran oportunidad de diversificar la producción para potenciar el mercado nacional con miras en el mediano plazo y, así, abastecer los mercados internacionales que son de alta demanda.

Por ejemplo, se puede incorporar de forma rápida y gradual la producción de bulbos y semillas, flores tropicales y follajes y de esta manera convertir a la Argentina en un país con enorme potencial para la producción de flores y plantas ornamentales.

Todo esto es factible técnicamente y económicamente solo requiere sinergia, voluntad y participación tanto del sector privado como del público para cristalizar estos planes.

Producción nacional de flores en la actualidad

En Argentina se cultivan alrededor de 2.500 hectáreas y existen cerca de 1.300 productores, de los cuales el 50% está en la zona del Gran Buenos Aires. A continuación se detallan las zonas productoras:

Noroeste

  • Provincia de Jujuy: en la zona de la Quebrada en el centro y Los Valles en el sur las especies que se producen son: siempreviva, crisantemo, clavel, statis, reina margarita y lágrima. En menor escala se cultivan: nardo, rosa, clavelina, gladiolo, alelí, penacho, virreina, nieve, azucena, conejito aster gypsofia y marimonia.
  • Provincia de Salta: la producción de flores es en la zona central con las siguientes especies: clavel, lisiantus, gypsofila, statis, lilum y rosa.
  • Provincia de Tucumán: en las zonas centro y sur, donde se producen rosas, crisantemo y jazmín.

Noreste

  • Provincia de Corrientes: concentra la mayor producciónen el interior de la nación y produce gerbera, rosa, lisiantulas y lilium.
  • Provincia de Misiones: sus condiciones climatológicas permite la producción de orquídeas y flores y follajes tropicales.
  • Provincia de Entre Ríos: la zona de la concordiase destaca por la producción de camelias y azaleas.

Centro

  • Provincia de Santa Fé: la zona del Rosarioes la más productiva donde se cosechan los bulbos de gladiolo. En flores de corte se dan el clavel, crisantemo, rosa, jazmín, gerbera, lilium. En follajes el eucaliptus y aspagus.
  • Provincia de Córdoba: la producción de flores está basada en crisantemo, clavel, rosa, lisiantus.
  • Provincia de Mendoza: se centra en las inmediaciones de la capital de la provincia y se producen gladiolo, caléndula, alelí, statis, bardo, clavelina, narciso, margarita, siempre viva, limonium, marimonia y godetia.

Sur (región Patagonía)

  • Provincias de Río Negro, Chubut y Santa Cruz: se producen bulbos de tulipán y lilium.
  • Gran buenos aires y provincias de Buenos Aires: es la de mayor producción tanto en macetas como en flores de corte y destacan: Fresia, alstromeria, gerbera, orquídeas, tulipán, petunia, lisianthus, lilium, helianthus, limonium y solidago.

Futuro promisor para la floricultura

Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para el año 2020, en plena Pandemia del COVID-19, arrojaron un balance positivo con un incremento del 35% con respecto al año 2019. Este repunte obedece al interés de la población a las plantas, y su papel tan importante en la recuperación de la salud física y mental de las personas enfermas.

Las medidas de cuarentena y de aislamiento social estímulo en las personas la necesidad de agregar espacios verdes en los hogares, es así como los balcones, las terrazas, patios y jardines de las viviendas recibieron la presencia de flores, plantas y arbustos para formar parte de un nuevo ecosistema social ambientalista que sigue en crecimiento continuo.

Las ventas pudieron haber sido de mayor impacto, pero la misma pandemia originó ciertas restricciones o limitaciones en la distribución, logística, comercialización y adaptación por parte de la población a las nuevas tecnologías de comercio electrónico, así mismo la producción de flores experimentó un alza en sus procesos y cadenas de valor.

Sin duda alguna, se abren nuevas oportunidades en medio de esta crisis mundial del COVID-19, que permite fomentar el crecimiento de la producción de flores como una industria sustentable y sostenible en la economía nacional, provincial y municipal del país.

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