Cultivo manzana

¿Qué debes hacer para sacar el máximo de tu cultivo de manzana?

Los principales países de Latinoamérica donde se origina el cultivo de manzana son Chile, Brasil y Argentina. Y, aunque el peso de la producción de esta fruta en la región no alcanza el 2% mundial, se cree que en los próximos años podrían llegar a ocupar un puesto significativo en el mercado mundial.

Otras naciones como Guatemala, México y Colombia, en los últimos años también se han atrevido a invertir en la producción de este fruto.

A nivel mundial, China es el líder del mercado con la exportación de más de 45 millones de toneladas.

Si estás buscando más detalles acerca de este cultivo, ¡estás en el mejor lugar!

En este artículo encontrarás aspectos generales acerca del cultivo de manzana y conocerás 5 buenas prácticas que posibilitan obtener mejores rendimientos y elevar la calidad de la producción.

Panorama general acerca del cultivo de manzana

Más allá de las contradicciones encontradas por algunos investigadores, la mayor parte de los estudios sostiene que el cultivo de manzana se originó en Asia Central y que gracias a las migraciones y el comercio, la fruta ingresó en Europa y a partir del siglo XVII se conoció en África, Oceanía y América.

En la actualidad, la manzana es una de las frutas de mayor producción y consumo a nivel mundial. Esto se debe a que su cultivo se adapta a una gran variedad de suelos y climas. Es un producto de alto valor tanto nutricional como terapéutico, y generador de gran variedad de subproductos industriales.

La fruta es rica en sales minerales, fibras y vitaminas A y C, pertenece a la familia Rosaceae, la misma del durazno, de la pera, de la ciruela y de la cereza. Todas estas frutas se cultivan en las mismas zonas productivas.

El cultivo de la manzana tiene algunas particularidades como las siguientes:

  • El período más indicado para iniciar el cultivo es entre los meses de julio y setiembre.
  • La temperatura ideal para el período vegetativo varía entre 18 y 23°C, no superando los 25°C. 
  • En invierno, es recomendable que se acumule un determinado número por debajo de los 7,2°C para que las plantas superen la latencia típica de la especie. 
  • La manzana se trasplanta por medio de injertos, semillas o estaca, sin embargo, esta última metodología no es recomendable.

Estas condiciones para el cultivo de la manzana se dan mayormente en el clima de los valles patagónicos de Argentina, especialmente el Alto Valle del Río Negro, la región de Malule en Chile, en Santa Catarina y Río Grande do Sul en Brasil.

5 buenas prácticas del cultivo de manzana

Si bien el suelo y el clima en las zonas señaladas son aptos para el cultivo de manzana, es importante que su producción se desarrolle en un marco adecuado. En las próximas líneas, compartiremos las buenas prácticas para el cultivo de esta fruta que determinan la alta calidad del producto final:

1. Riego adecuado y suficiente

Es esencial mantener un buen nivel de humedad a lo largo de toda las etapas del cultivo, es decir, desde la siembra hasta la cosecha. 

El sistema de riego más recomendado para el cultivo de esta especie es el de manta o el de inundación. Aunque, en las nuevas regiones productoras de manzana es cada vez más utilizado el riego localizado ya sea por goteo o por el método de microaspersión. En este último caso, se implementa la fertirrigación.

Como es un árbol con abundante follaje, en épocas de altas temperaturas suele transpirar y evaporar más que otros. Esto puede producir un evento de deshidratación que puede ocasionar la caída temprana tanto de las hojas viejas como del fruto. Por esta razón, el árbol adulto debe contar con un aporte hídrico anual entre 200 y 300 litros.

En las zonas de baja temperatura y en la temporada de invierno el riego debe ser controlado para evitar congelaciones en el entorno.

2. Raleo para lograr frutas de mejor calidad

En ocasiones, es necesario eliminar parte de los frutos para optimizar el crecimiento de los que quedan en la planta y asegurarles un buen tamaño en la etapa de cosecha. 

El raleo puede ser químico o manual, en este caso incluye las frutas que no tienen las condiciones necesarias para seguir creciendo por ser muy pequeñas, tener defectos estéticos o estar enfermas.

Es importante que el raleo del manzano se haga en condiciones óptimas. Por ejemplo, se recomienda hacer la pulverización en las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, ya que en ese momento el árbol se mantiene húmedo.

Un dato interesante es que el tamaño de las manzanas para la comercialización se precisa durante la técnica del raleo.

3. Fertilización para una correcta nutrición

Es indispensable garantizar que el cultivo cuente con todos las sustancias que necesita para su óptimo desarrollo, ya que de lo contrario se presentarían los siguientes problemas por carencias nutricionales:

  • Nitrógeno: Cuando es deficiente genera coloración rojiza en la corteza de los tallos tiernos, pérdida de clorofila en las hojas apicales y repliegues en los bordes hacia la cara superior.
  • Potasio: Su falta genera debilidad en las ramas, borde de las hojas rizado y doblado, además de coloración castaño rojiza y caída foliar temprana.
  • Magnesio: Al no presentar las cantidades adecuadas se produce pérdida de la clorofila en las hojas (en especial en los bordes), manchas y necrosis en la zona céntrica del peciolo generando su caída. También el fruto se desarrolla con tamaño pequeño y poco resistente.

Además de los nutrientes mencionados, el cultivo de manzana también requiere la fertilización con cobre, manganeso, boro, hierro y zinc.

4. Control de malezas

Este tipo de control debe ser realizado durante toda la etapa vegetativa, pues facilita el desarrollo óptimo de las plantas y reduce las condiciones favorables a la propagación de malezas.

Es recomendable que en verano en tierras franco-arenosas o muy ligeras y en climas templados o cálidos, se cultive un manto de vegetación herbácea, pues protege el suelo y favorece el buen desarrollo de las raíces del manzano. En el caso de climas fríos se debe mantener la tierra limpia y libre de malas hierbas. 

Para el control químico de malezas, se sugiere emplear diuron 28,5% con terbutilazina 28,5% y terbacil 80%.

Es importante aclarar que en los árboles jóvenes el control químico por medio de la aplicación de herbicidas tanto de contacto como sistémicos, puede generar daños a la planta. Por este motivo, es recomendable emplear acciones mecánicas usando el arado, el rotovator, el cultivador grada y la azada.

5. Prevención y control de plagas y de enfermedades

En el caso de climas húmedos, la vegetación herbácea tiende a atraer y preservar el agua del ambiente, generando un área propicia para la proliferación de las enfermedades ocasionadas por hongos. Por este motivo, es necesario mantener el suelo limpio.

Existen otro tipo de medidas para asegurar el buen desarrollo de la planta como la verificación periódica del cultivo y la poda fitosanitaria que incluye la retirada de las ramas secas, enfermas, quebradas y de los frutos en estado de momificación de la cosecha anterior.

¿Sabes qué tipo de plagas afecta a los manzanos? Estas son las más comunes:

  • Fuego bacteriano: También se le denomina fuego negro. Es muy contagiosa y se propaga rápidamente. Cuando aparece es preciso atacar de inmediato, ya que puede dañar todo un cultivo.
  • Moteo del manzano: Se caracteriza por la aparición de manchas marrones en las hojas y los frutos. El daño puede ocasionar que se seque la planta y se pudran las manzanas.
  • Oídio: Se detecta por la aparición de manchas blancas en el reverso de las hojas. Es la causante de que los frutos no crezcan.
  • Podredumbre: Las hojas se tornan amarillentas y muy débiles, mientras que las manzanas tardan en crecer o no terminan de desarrollarse. Es potencialmente peligrosa. Debe atacarse tan pronto aparece, porque después es muy difícil de erradicar.

Buenas prácticas para asegurar un mejor rendimiento

Se estima que desde América Latina se exportan 81 mil toneladas de manzanas al año, siendo Argentina y Chile los países que más contribuyen a mantener esta cifra.

De la producción, al menos el 50% va a las industrias para la elaboración de productos como jugos, mermeladas y licores, mientras que un 28% se consume de forma fresca.

Ya que las manzanas tienen una época específica para su recolección se conservan en cámaras de frío para conservar las frutas frescas en el mercado durante todo el año.

En definitiva, cuando el productor actúa considerando aspectos teóricos y además asume buenas prácticas como las señaladas en este artículo, el cultivo de manzana alcanza un rendimiento superior en cantidad y calidad. Si además evita el uso de sustancias químicas, el cultivo será sustentable y ecológico.

¿Crees que estás apto para poner en práctica las recomendaciones aportadas en este artículo? ¡Haznos saber tu opinión a través de un comentario!

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