Producción de papa: análisis de sus principios agronómicos
La papa es una hortaliza de origen Sudamericano que es cultivada en más de 100 países del mundo y es uno de los principales alimentos para los seres humanos.
Es considerada como un alimento energético por su alto contenido de carbohidratos, además es un cultivo rendidor siendo sus precios en los mercados internacionales muy atractivos.
Su cultivo es muy favorable en los climas templados, y también se puede producir en climas tropicales. Su manejo debe ser adecuado porque existen muchos factores que afectan su productividad.
En este artículo vamos a darte a conocer todas sus características para tener la mejor producción de papa.
Características del cultivo de la papa
La papa produce en sí misma un sistema radicular fibroso o raíces en manojos que miden en promedio unos 50 cm, es decir, son de poca profundidad. Esta condición que no les favorece para absorber al máximo los nutrientes y la humedad presentes en los suelos.
A continuación se indican los aspectos más importantes a considerar para lograr una buena producción de papa:
Temperatura
Es uno de los factores más influyentes y que limitan la producción de papa. La temperatura óptima para tener un buen desarrollo del cultivo debe estar en el rango entre 17 a 23 °C. Valores menores a 10 °C o superiores a los 30 °C afectan el crecimiento y desarrollo de la planta.
Por estas razones se recomienda realizar las cosechas en la época de primavera en lugares con climas templados, después del invierno en las regiones muy calurosas, y en los lugares con clima tropical cálido se suele realizar su siembra en los meses más frescos del año.
La papa es una planta termoperiódica, porque la variación de temperaturas que se suscitan en el día como la noche influyen en sus etapas fenológicas.
Para el crecimiento de las raíces, la temperatura debajo del suelo debe estar en el rango entre 10 y 35 °C, siendo el valor más óptimo temperaturas entre 15 a 20 °C.
El crecimiento del follaje se da en el rango de temperaturas entre 7 a 30 °C, y la temperatura óptima está en el orden de 20 a 25 °C. Valores fuera de estos parámetros afectan considerablemente el crecimiento de la planta y la tuberización de la papa.
Suelos
La papa tiene una ventaja, como es la de crecer en la mayoría de los suelos, se recomienda suelos que ofrezcan poca resistencia como son: los arenosos, limosos y arcillosos, todos con buen drenaje y ventilación para una mejor cosecha. En los suelos arcillosos se debe aplicar materia orgánica y controlar la frecuencia del riego de agua, mantener el pH en un rango entre 5 a 7 y con baja salinidad.
Los suelos alcalinos, salinos o los compactados ocasionan serios trastornos en el desarrollo y producción de papa, lo mejor es que la densidad esté en el orden de 1,2 g/cm³, el contenido de materia orgánica debe ser mayor al 3,5% y la conductividad eléctrica ser menor a 4 dS/m (400 miliohms/m)
En los suelos con pH muy bajo, se puede subir su valor con el encalado del suelo (aplicación de calcáreos) es una labor sencilla, en cambio, disminuir el pH es una labor costosa y que además debe ser continua, esto se logra con la aplicación de azufre y/o sulfato de hierro.
Pendiente del terreno
Este aspecto es muy importante porque tiene que ver con la capacidad para retener agua, se recomienda que la pendiente se sitúe en un rango entre 0 y 4%, cualquier valor por encima disminuye la producción de papa.
En aquellos terrenos con pendientes muy fuertes las mejores opciones son la de realizar el surcado en curvas o la construcción de terrazas.
Altitud
La producción de papa se produce en alturas entre los 400 a 3.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), sin embargo se considera como condiciones ideales, las que se sitúen en el rango entre 1.500 a 2.500 metros msnm
Vientos
Deben ser moderados y su velocidad no debe ser mayor a los 20 km/h para evitar daños en las plantas porque reduce su rendimiento.
Agua
Es la fuerza vital del cultivo y para ello se recomienda que los valores estén el rango entre 600 a 1.000 milímetros por ciclo de producción de papa. Estos valores óptimos se pueden ver afectados por las condiciones de temperatura, tipos de suelo y pendiente de los terrenos.
Durante el ciclo de germinación y crecimiento de los tubérculos será necesario aumentar los riegos en caso de no presentarse lluvias.
Luz
Una vez que brote el tubérculo y la planta comience a crecer se requiere mucha luminosidad del sol para que se produzca el proceso de fotosíntesis, el cual genera reacciones de segundo orden en combinación con el agua y dióxido de carbón (CO₂) para la producción de azúcares y almidón.
La cantidad de luz óptima está en el rango de 20.000 a 50.000 Lux y para ello se necesitan periodos entre 8 a 12 horas de luminosidad diaria, los días muy cortos favorecen la tuberización o engrosamiento de los tubérculos de la papa, pero disminuyen el ciclo vegetativo o crecimiento, el cual dura unas 5 semanas en promedio. En cambio los días más largos tiene un efecto inverso en la producción de papa.
Envejecimiento fisiológico de la papa
Está demostrado que cuando las plantas están sometidas a estrés respiran más y en consecuencia cualquier condición que incida en el aumento de la tasa de respiración acelera el proceso biológico de envejecimiento en los tubérculos.
El uso de papas con brotes contribuye al desarrollo prematuro de las plantas, pero esto sucede por su edad fisiológica natural, que se considera ideal para su siembra.
El efecto temperatura es el factor clave que contribuye al envejecimiento, el subir la temperatura por encima de los 4 °C durante varios días genera un estímulo que interrumpe la dormancia de la semilla iniciando su crecimiento y brote.
Los tubérculos viejos tienen ventajas sobre los precoces en temporadas muy cortas, y los tubérculos con poco envejecimiento son mejores para las temporadas largas.
Al Sembrar papas con brotes los mismos no deben exceder los 2 cm para evitar daños en los brotes al momento de ser plantadas.
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