proyecto de riego

Paso a paso: aprende a montar un proyecto de riego

El agua es esencial para la vida, pero llevarla a donde se necesita no siempre es una tarea fácil. Un proyecto de riego permite a los agricultores y trabajadores agrícolas suministrar agua de forma controlada, a través de medios artificiales, directamente a las tierras y cultivos para su crecimiento eficiente.

Instalar un sistema de riego requiere mucha planificación y una importante inversión económica.

Después de leer este artículo, aprenderás todo lo necesario sobre el proceso de planificación de un proyecto de riego.

¿Por qué establecer un proyecto de riego?

El agua es elemento que proporciona la vida en las plantas. Cuando en los suelos no se dispone de la cantidad suficiente de agua, bien sea a través de las lluvias o fuentes naturales, es necesario suministrar agua de forma artificial a los cultivos.

Ahora bien, al realizar un proyecto de riego, es muy importante considerar diversos factores para garantizar la entrega oportuna de agua a los cultivos.

El sistema de riego se utiliza en el sector agrícola para compensar la cantidad de agua que necesitan los cultivos para su desarrollo. Sus principales beneficios son los siguientes:

  • Permiten planificar la época de siembra del cultivo para optimizar el sistema.
  • Favorecen el cuidado del medioambiente. Únicamente usan el agua necesaria.
  • Perduran en el tiempo.
  • Son ahorrativos.
  • Funcionan en cualquier época del año.

7 pasos a seguir para un proyecto de riego

El riego juega un papel vital en el aumento del rendimiento de los cultivos y la estabilización de la producción.

En regiones áridas y semiáridas es esencial para una agricultura económicamente viable, mientras que, en áreas semi húmedas y húmedas, a menudo se requiere de forma complementaria.

Para elaborar un buen proyecto de riego te recomendamos que sigas estos pasos.

1. Determinar si los suelos son irrigables

No todos los suelos se pueden regar debido a varios problemas físicos, como demasiada pendiente, bajas tasas de infiltración o drenaje interno deficiente que puede causar la acumulación de sal.

Por esta razón, los suelos se clasifican como irrigables, condicionales o no irrigables y se definen de la siguiente manera:

  • Irrigables: no tienen restricciones para el riego sostenido utilizando tasas de aplicación de agua, cantidades y calidad de agua adecuadas.
  • Condicionales: tienen restricciones para un riego sostenido y exitoso debido a factores tales como la elevación del nivel freático, capas de baja permeabilidad, potencial de salinización, pendientes pronunciadas y otros problemas.
  • No irrigables: tienen restricciones severas para el riego y solo deben desarrollarse donde son inclusiones menores en los suelos irrigables.

2. Cantidad de agua a ser aplicada

En esta fase, deberás considerar la cantidad de agua que será aplicada, así como sus requisitos de calidad.

Desde el punto de vista de la producción de cultivos, existe diversos factores a considerar, entre los que destacan:

  • tipo de cultivo a sembrar;
  • el método de riego;
  • condiciones climatológicas;
  • condiciones de los suelos;
  • y las prácticas agronómicas.

Un dato interesante a considerar es que el 85% del peso de una planta es agua.

Afortunadamente, ya existen indicadores internacionales de la cantidad de agua requerida por tipo de cultivo, valores que te pueden ayudar a determinar la volumetría requerida.

Otro aspecto importante es determinar la calidad del agua tanto a nivel subterráneo como superficial. Para ello se deben enviar las muestras del agua a los laboratorios.

3. Programación del riego

En esta etapa, es necesario determinar la programación del riego. Para ello, debes tomar en cuenta los siguientes factores:

  • La capacidad de retención de agua disponible de los suelos;
  • Profundidad de la zona radicular;
  • Tasa de evapotranspiración;
  • Cantidad de agua a aplicar por riego;
  • Método de riego;
  • Condiciones del drenaje.

4. Métodos de riego

Los agricultores utilizan muchos métodos diferentes para regar los cultivos. Estos van desde el riego individual de plantas hasta el riego altamente automatizado mediante un sistema central.

En esta etapa, deberás determinar el método de riego adecuado, tomando en cuenta las siguientes técnicas:

Riego por inundación

El agua se aplica sobre todo el campo para infiltrarse en el suelo (por ejemplo, inundación salvaje, inundación de contorno, bordes, cuencas, entre otros).

Riego por surcos

El agua se aplica en zanjas, canales o surcos: bien sea nivelado, escalonados, de contorno, ondulaciones, entre las hileras de los cultivos.

Riego por aspersión

El agua se aplica a presión en forma de aspersión (llovizna) y llega al suelo de forma muy similar a la lluvia. La tasa de aplicación se ajusta para que no cree estancamiento de agua en la superficie.

Subirrigación

El agua se aplica debajo de la zona de raíces de tal manera que humedece la zona de raíces por ascenso capilar a través de canales de riego subterráneos o tuberías enterradas.

Riego localizado

Se aplica agua alrededor de cada planta o grupo de plantas para humedecer localmente y solo la zona de la raíz, un ejemplo es el riego por goteo, microaspersores. La tasa de aplicación se ajusta para satisfacer las necesidades de evapotranspiración, de modo que se minimicen las pérdidas por percolación.

5. Equipamiento

Debes seleccionar el sistema de riego ideal (bomba, motor, tubería, cableados, controles, monitoreo, sensores, entre otros) que se adapte a tus necesidades.

Los requisitos de presión del sistema de riego y la selección de rociadores deben basarse en el suelo y la topografía. Recuerda, este equipo tendrá una vida útil de 30 a 35 años o más.

6. Disponibilidad de energía

Por lo general, la fuente usada por excelencia es la electricidad, así que se debe verificar distancia al sistema eléctrico comercial, uso de motores de combustión interna o paneles solares.

Este es un punto de atención para determinar la capacidad del sistema a instalar y su inversión económica.

7. Drenaje

Es la eliminación del exceso de agua de la superficie del suelo y debajo para permitir el crecimiento óptimo de las plantas.

La eliminación del exceso de agua superficial se denomina drenaje superficial, mientras que la eliminación del exceso de agua debajo de la superficie del suelo se denomina drenaje subterráneo.

Es sumamente importante su control en áreas áridas y semiáridas para prevenir daños. Debe garantizarse el correcto drenaje, ya que la saturación es perjudicial.

Ventajas de un proyecto de riego

Elaborar un proyecto de riego permite aportar y disponer de la cantidad de agua necesaria en el momento que el cultivo lo requiera, a fin de humedecer el suelo.

¿Cuáles son sus beneficios? Los mencionamos a continuación:

  • Hace posible múltiples cosechas al año.
  • Proporciona la humedad requerida para el brote y crecimiento de las plantas.
  • La tierra irrigada es más productiva que la tierra no irrigada.
  • Los sistemas de riego reducen los efectos de las sequías y lluvias irregulares.
  • El riego ayuda a asegurar una distribución más consistente de nutrientes, hidrógeno y oxígeno a las raíces.
  • Fomenta el rendimiento de los cultivos.
  • El enfriamiento del suelo y la atmósfera crea un ambiente adecuado para el crecimiento de los cultivos.
  • Evita la erosión de los suelos al evitar que el suelo se seque tan rápido.

¡Hemos llegado al final!

Como ves, montar un proyecto de riego requiere considerar diversos factores y etapas. Por esta razón, te recomendamos que investigues a fondo cada uno de estos aspectos antes de comenzar tu proyecto, así evitarás errores y retrasos.

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