Fertilizantes: qué es, cuando se debe aplicar y tipos
¿Te preocupa la calidad de tus cultivos? ¿Quieres aumentar su rendimiento y hacerlo de forma sostenible? Si es así, es importante que conozcas el papel del fertilizante en la agricultura, así como sus ventajas y desventajas.
El uso de fertilizantes es toda una ciencia y de hecho, puede ser un tema complejo. Hay muchos tipos de fertilizantes disponibles, y cada uno tiene sus indicaciones, beneficios y contraindicaciones. Además, el momento adecuado para aplicarlos depende del cultivo, del suelo y de las condiciones climáticas.
Estos compuestos ocupan un lugar protagónico como uno de los insumos agrícolas que no deben faltar en nuestra granja. Como proporcionan a las plantas los elementos que necesitan para crecer y desarrollarse, resultan esenciales para que las especies vegetales completen procesos claves como la fotosíntesis y la asimilación de nutrientes.
Sin embargo, cuando son aplicados de manera incorrecta o en exceso, los tipos de fertilizantes pueden conllevar algunos riesgos como la pérdida de cultivos o la contaminación del suelo y el agua. Por ello, es importante utilizarlos de manera responsable y sostenible.
Si cuentas con un agronegocio, la siguiente guía te será de mucha ayuda para tomar decisiones informadas y optimizar tus cosechas. Te hablaremos sobre los fundamentos básicos de los fertilizantes, su uso en la agricultura y cómo aplicarlos de manera correcta.
¡Quédate con nosotros y lee hasta el final!
¿Qué es y para qué sirve el fertilizante?
Un fertilizante es toda sustancia, producto o elemento capaz de aportar nutrientes esenciales para el óptimo desarrollo de las plantas de los cultivos.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, son sustancias ricas en nutrientes que ayudan, básicamente, a mejorar las características de los suelos y obtener cultivos más rendidores.
Por ese motivo, cuando se trata de compuestos fertilizantes, nos encontramos con una amplia variedad, que va desde:
- los que aportan macronutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio;
- hasta los que son ricos en micronutrientes y minerales como el azufre y sílice.
Estos nutrientes son necesarios para que las plantas puedan realizar sus funciones vitales, como la fotosíntesis, la respiración, la transpiración y la síntesis de compuestos.
La aplicación de estos abonos acompaña prácticamente todos los ciclos de producción agrícola y en muchos casos, desde fases anteriores a la siembra hasta etapas avanzadas del cultivo.
Incluso, los macronutrientes y compuestos fertilizantes pueden utilizarse en las labores de ajuste de suelos, mejorando su estructura y garantizando que sean aptos para la actividad agrícola.
¿Cómo se dividen o clasifican los fertilizantes?
Los fertilizantes agrícolas pueden segmentarse de diferentes maneras, dependiendo de distintos factores y características. Entre las clasificaciones más comunes encontramos:
Fertilizantes según su origen
Esta clasificación depende de la materia y elementos que componen el fertilizante, lo cual nos lleva a los siguientes tipos:
Orgánicos
Son considerados los fertilizantes más amigables con el medioambiente, debido a que sus nutrientes son material orgánico, que puede ser de origen vegetal o animal, por ejemplo.
Entre los fertilizantes orgánicos están el humus de lombriz, el compost, los recortes de hierba y el estiércol. Su característica principal es que para ser elaborados se amerita de poca o nula intervención humana y no se emplean recursos químicos ni sintéticos.
Inorgánicos o minerales
Derivan de materias minerales como las rocas y se caracterizan por su gran capacidad de incrementar la fertilidad de los cultivos.
Magnesio, calcio, azufre y sílice son ejemplos clásicos de minerales inorgánicos, al igual que las rocas pulverizadas, lo cual se conoce como harina de roca.
Químicos
Inhibidores de nitrificación, urea recubierta de azufre y cubiertas a base de polímeros biodegradables forman parte de la amplia oferta de fertilizantes químicos que encontramos en el mercado actual.
Lógicamente, su característica principal es la presencia de elementos químicos. Estos pueden integrarse tanto a compuestos minerales como naturales, para hacer el producto más amigable con los medios naturales y, a la vez, incrementar su alcance y efectos.
Fertilizantes según su composición
Las plantas necesitan primordialmente tres nutrientes para desarrollarse: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K).
Por ese motivo, los fertilizantes también pueden distinguirse como nitrogenados, fosfóricos y potásicos, de acuerdo al macronutriente que incluyan.
Entre los fertilizantes nitrogenados encontramos el nitrato amónico cálcico, mientras que el superfosfato es uno de los fosfáticos y el cloruro de potasio uno de los potásicos.
También, a esta clasificación se agregan los fertilizantes NPK, que integran los tres macronutrientes.
Fertilizantes según su presentación
La ciencia de los fertilizantes no ha dejado de avanzar en los últimos años, lo que ha dado paso a la creación de presentaciones que atienden diversas necesidades y características de suelos y cultivos.
Según este criterio, los principales tipos de fertilizantes son:
- En polvo: una de las presentaciones menos utilizadas.
- Líquidos: generalmente destinados para aplicaciones foliares.
- Granulados: los más empleados entre los abonos sólidos, caracterizados por brindar uniformidad.
- Abonos en pellet: otra presentación de abono sólido, de mayor tamaño que la granulada.
En el caso de los fertilizantes sólidos, se dividen en dos subcategorías: blending y complejos. Los primeros separan los nutrientes en distintas partículas y los segundos los juntan de forma química.
Fertilizantes según el momento de aplicación
También existen distintos tipos que obedecen al momento ideal para aplicarlos. En este sentido, destacan cuatro clases principales:
De fondo
Estos fertilizantes se aplican antes de la siembra. Generalmente, son abonos potásicos o NPK.
Starter
Se aplican justo en el momento de la siembra, junto con la semilla. Para esta etapa, muchos productores optan por fertilizantes nitrogenados y microgranulados.
De cobertura
Se trata de abonos que se aplican cuando el cultivo está implantado. Su macronutriente principal suele ser el nitrógeno y, también, es muy común el aporte de azufre para esta etapa.
Foliares
Estos se aplican en fases avanzadas del cultivo y del ciclo de producción. Pueden ser líquidos o en polvo.
¿Cuándo se debe aplicar el fertilizante?
La forma de aplicar los mejores fertilizantes depende de muchos factores, relacionados tanto con las características del cultivo como con la presentación y compuestos del abono.
Los aspectos medioambientales, las maquinarias agrícolas disponibles y los objetivos de producción son otros elementos que entran en juego.
Justamente, para regular esta actividad, existe el Código de Fertilizantes. Elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), su objetivo es alinear el uso de estos compuestos con algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SGD).
Dicho esto, a la hora de aplicar fertilizante, todo pasa por un análisis e identificación previa de las necesidades para elegir los métodos de aplicación y esparcimiento. Estos métodos pueden ser:
Aplicación «a voleo»
Son aplicaciones en las superficies del suelo, recomendadas para prados y cultivos densos, principalmente. También, es un mecanismo muy útil para evitar pérdidas por evaporación de nitrógeno.
Localización en bandas o hileras
Es ampliamente utilizada en cultivos en hileras, con espacios significativos entre filas, como los de maíz y caña de azúcar. También, en suelos con tendencia a la fijación de potasio y fosfato o con bajo nivel de fertilidad.
En sí, esta aplicación se basa en la distribución estratégica y separada en partes concretas del campo. Se puede realizar de forma manual o con recursos técnicos especiales.
Aplicación entre líneas
Consiste en poner el fertilizante justo entre las plantas que están ampliamente espaciadas en hileras, como en el caso del algodón, por ejemplo. Es además una práctica habitual en cultivos perennes, como uva, espárrago y piña.
Aplicación en cobertura
Es el esparcimiento del fertilizante a voleo, pero sobre un cultivo en pie. Es común en forrajes y cultivos de granos, cuando hay necesidad de obtención adicional de nitrógeno.
Aplicación foliar
Cuando existe una situación crítica para el cultivo y las plantas, esta aplicación de fertilizantes es un gran aliado, ya que puede prevenir pérdidas y revertir proyecciones negativas.
La aplicación foliar generalmente incluye todos los macronutrientes, empleando productos NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio). Estos se diluyen en agua, en pequeñas cantidades, y se vierten de forma directa en la parte aérea de las plantas.
Es recomendable realizar estas propagaciones en días nublados o en horas con baja intensidad del sol, como al inicio de la mañana o al final de la tarde.
¿Qué es la fertilización?
La fertilización es el proceso de agregar nutrientes para que las plantas crezcan saludables. El empleo de fertilizantes de calidad, sustentables y aplicados de forma correcta, brindan grandes beneficios que van más allá de la productividad en sí.
Estas son sus ventajas:
1. Mayor calidad de los alimentos
La industria agroalimentaria, así como los consumidores, se ven beneficiados gracias a los fertilizantes de calidad.
La razón es muy sencilla: su uso permite que los frutos, vegetales y alimentos en general adquieran y desarrollen nutrientes valiosos para el ser humano. Por ejemplo, muchos de ellos enriquecen los cultivos con zinc, un micronutriente indispensable para todos, pero especialmente para los niños.
Eso sí, para no afectar el resultado de las cosechas y la calidad de los alimentos, es importante no exceder las dosis recomendadas de fertilizantes con contenidos químicos y, si es posible, priorizar los orgánicos.
2. Optimización del terreno
Con esto no nos referimos a la calidad del suelo, sino a los espacios que poseen los agronegocios para desarrollar sus ciclos productivos.
Gracias a los fertilizantes, la extensión del terreno puede aprovecharse al máximo, contribuyendo con la rentabilidad y, también, ampliando la oferta de commodities y alimentos en el mercado.
Las poblaciones crecen constantemente y cada vez demandan más productos alimenticios. Por suerte, existen los fertilizantes para afrontar y superar este gran desafío.
3. Reducción de costos
Este es un beneficio que se presenta principalmente cuando se aplican fertilizantes orgánicos. Y es que los mismos permiten reutilizar residuos y elementos naturales, abaratando costos operativos y fomentando la estabilidad operativa.
Para disfrutar de todas estas ventajas, es importante tomar en cuenta todas aquellas tecnologías y recursos que potencian los fertilizantes.
4. Optimización y aprovechamiento de las superficies agrícolas
Los espacios y tierras son el principal recurso de la agricultura, por lo cual el enfoque de todo productor debe ser optimizarlo. Mientras más aprovechemos los suelos que ya son destinados para la actividad, antes de explotar terrenos «vírgenes», ¡mucho mejor!
Esto representa ahorro y, además, viabilidad de la industria a largo plazo, al garantizar que en el futuro existan suficientes espacios para aprovechar.
- Gracias a la aplicación correcta de fertilizantes, no solo se mejora la calidad de los suelos y se prolonga su ciclo de vida. Además, podemos producir al máximo en cada hectárea, por lo cual se puede obtener una gran cosecha, sin necesariamente abarcar una mayor superficie.
- Los macronutrientes y los diferentes compuestos de los abonos incentivan la producción a tope en cada espacio y por cada planta cultivada.
5. Incremento de la profundidad de raíces
La aplicación de fertilizantes incrementa la profundidad de las raíces de las plantas de los cultivos. Según estimaciones de la FAO, en promedio, la profundidad de las raíces es de unos 0,6 metros cuando no se aplican abonos. Mientras que llega a 1,2 metros cuando se realizan trabajos de fertilización por medio de productos fertilizantes.
Esto refleja que un buen proceso de fertilización puede duplicar la profundidad, lo cual aporta muchas ventajas a los cultivos, como mayor firmeza y solidez en los plantíos.
Además, esto facilita que las plantas puedan conseguir el agua necesaria en el subsuelo para desarrollarse de manera satisfactoria y plena.
6. Incremento de la actividad microbiana del suelo
Los fertilizantes orgánicos, principalmente, favorecen la actividad microbiana del suelo, la cual es fundamental para garantizar los ciclos de funcionamiento de los nutrientes y la fertilidad en general.
La mineralización, descomposición y reducción natural de la materia vegetal también es una función de la actividad microbiana. Gracias a esto, los suelos pueden permanecer aptos para la explotación agrícola durante varios ciclos de producción.
En otras palabras, los microorganismos también son responsables de la nutrición de los suelos y del desarrollo correcto de las plantas.
7. Crecimiento óptimo de las plantas y calidad de la cosecha
Los fertilizantes no solo garantizan que crezcan la mayor cantidad de plantas posibles en un determinado espacio, sino que además fomentan el óptimo crecimiento de las mismas.
La firmeza en las raíces, el favorecimiento de la hidratación y el equilibrio de los suelos son factores aportados por los abonos que ayudan a las plantas a llegar a sus niveles óptimos de volumen, tamaño y producción.
Así, la cosecha no solo es más numerosa, sino que también el fruto es de mayor calidad, pues deriva de una planta saludable.
Lógicamente, este gran beneficio solo lo obtendremos si gestionamos de forma equilibrada y coherente la fertilización, sin sobrepasarse en el uso de compuestos sintéticos.
8. Recuperación de materia orgánica del suelo
Como ya sabes, los fertilizantes orgánicos son grandes aliados para la nutrición y la gestión de los ciclos de producción.
La fertilización por medio de estos elementos le aporta materia orgánica al suelo y promueve el desarrollo de un nuevo ciclo de nutrientes naturales, necesarios para posteriores explotaciones agrícolas.
El uso eficiente y sustentable de fertilizantes incrementa la vida útil de los suelos y garantiza el futuro de la actividad agrícola y la alimentación humana.
9. Reducción de los desechos orgánicos
Un empleo amigable y racional de los fertilizantes favorece la sustentabilidad y reduce la huella ambiental de la actividad agrícola. En este sentido, la fertilización puede alinearse con los principios de reutilización y de máximo aprovechamiento de recursos.
- Al incluir fertilizantes orgánicos en nuestros trabajos de nutrición de suelo y plantas, reutilizamos compuestos y materias que normalmente serían desechos, como elementos del compost e, incluso, estiércol.
- De esa manera, al mismo tiempo que optimizamos recursos, reducimos el flujo de desechos que pueden parar a ríos y otros espacios naturales.
10. Adaptación del suelo a las necesidades del ciclo de producción
Que el suelo esté saludable no significa necesariamente que sea ideal para el desarrollo de un determinado cultivo. Y es que cada semilla y planta demanda condiciones específicas de acidez y otras variables, que podemos regular con ayuda de compuestos y materias fertilizantes.
Por ejemplo:
- Si el nivel de pH es muy elevado para el objetivo del cultivo, se pueden emplear fertilizantes que contengan ácidos fosfóricos, cítrico y nítrico, los cuales tienen la capacidad de disminuir la acidez.
Esto demuestra que los fertilizantes son aliados para las labores de ajuste y preparación de suelo, incluso antes del proceso de siembra.
Optimice su cosecha
El fertilizante incrementa la productividad de la actividad agrícola, lo cual no solo es importante para la viabilidad de la industria y la estabilidad económica de los productores.
Su uso resulta clave para la satisfacción de la demanda de alimentos tanto en el presente como en el futuro, tomando en cuenta los patrones de aumentos poblacionales y la seguridad alimentaria.
En la actualidad existen diferentes tecnologías, prácticas y máquinas que optimizan el alcance de los fertilizantes. Entre ellos, tenemos:
1. Pulverizadores
Se trata de herramientas valiosas tanto para proteger cultivos como para aplicar agroinsumos que impulsen la productividad y el desarrollo saludable. En general, los pulverizadores se caracterizan por disminuir los índices de deriva e incrementar la profundidad de las aplicaciones.
Hoy, los grandes fabricantes y proveedores de soluciones para agronegocios cuentan con diferentes tipos de pulverizadores en su operación como:
- pulverizador barras acoplado;
- pulverizador barras arrastre;
- pulverizador cañón acoplado;
- pulverizador turbo acoplado;
- pulverizadores mochilas.
Cada una de estas máquinas atienden necesidades específicas de diferentes tipos de cultivos, pero cuentan con un denominador común: permiten la reducción de costos y la eficacia operativa.
2. Aplicaciones programadas
Con esto nos referimos a las aplicaciones de fertilizantes guiadas por sistemas de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés).
Este mecanismo permite incrementar la precisión de las aplicaciones y automatizar el trabajo, ya que los dispositivos GPS orientan a maquinarias y equipos dentro del cultivo. Facilitan el levantamiento de mapas topográficos y el muestreo de los suelos.
A su vez, las soluciones de la agricultura de precisión, que también podríamos llamar agricultura inteligente, son muy útiles para recolectar información sobre las aplicaciones y los resultados de las mismas.
3. Inoculación de microbios
Esta práctica de la agricultura moderna se lleva a cabo para incrementar la capacidad de absorción de agua y nutrientes de los suelos y los cultivos. Eso sí, inocular microorganismos como parte de los trabajos de fertilización requiere estudio y análisis previo, ya que de lo contrario puede ser contraproducente.
Lo ideal es encontrar un equilibrio entre los microorganismos beneficiosos y los patógenos, lo que permite desinfectar el suelo e incrementar su calidad.
Buenas prácticas para el uso de fertilizantes
El uso de fertilizantes es toda una ciencia, por lo cual su gestión óptima se basa en el análisis, el conocimiento y la toma objetiva de decisiones. Además, considerando las amenazas ambientales globales y las consecuencias de las malas prácticas en su gestión, un enfoque con acento sustentable es una prioridad.
Entre las buenas prácticas para la aplicación de fertilizantes encontramos:
Combinación de fertilizantes químicos y orgánicos
La población mundial demanda el incremento de la producción agrícola para satisfacer sus necesidades alimenticias.
Al mismo tiempo, la actividad agrícola necesita reducir su huella ambiental para enfrentar las amenazas asociadas a la contaminación y garantizar la disponibilidad de suelos y recursos en las próximas décadas y el futuro lejano.
Para conciliar ambas necesidades, la FAO y otras organizaciones recomiendan – en el plano de la fertilización – la priorización de sistemas y prácticas que combinen los productos químicos con elementos naturales.
De esa manera se logra el incremento de la productividad con el menor costo ambiental posible, haciendo a la industria y los ciclos de producción tan eficientes como amigables.
Estudio previo de los suelos y espacios
No solo debemos conocer qué compuestos y nutrientes necesita cada planta y especie de cultivo. También, es necesario analizar el suelo y los espacios de producción para determinar con claridad los requerimientos nutricionales y, en consecuencia, los fertilizantes a aplicar.
El uso irracional de estos productos, sin análisis previo, puede derivar en incrementos sustanciales de acidez, saturación de macronutrientes y otros problemas.
Supervisión y análisis de resultados y reacciones
Monitorea de manera constante tus cultivos y la reacción ante determinados trabajos de fertilización. De esa manera podrás enfrentar a tiempo potenciales amenazas y sabrás cuándo disminuir, incrementar, modificar o ajustar tus aplicaciones.
Para finalizar
¡Genial! Ya tienes en tus manos una guía completa sobre los fertilizantes, sus diferentes tipos, buenas prácticas de uso y muchos datos claves más. También conoces ahora los avances tecnológicos en cuanto a métodos de fertilización y maquinarias y equipos para llevar a cabo esta valiosa tarea.
La correcta gestión y aplicación del fertilizante es uno de los pilares de un buen ciclo de producción y, además, de la efectividad y viabilidad de la industria agrícola, así que, ¡toma en cuenta todo lo aprendido!
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