¿Te conviene usar fertilizantes químicos?
El objetivo final de los agronegocios siempre será aumentar la productividad en todo el proceso productivo, generar cada vez mayores ganancias y mejores oportunidades de comercio, tanto nacional como internacional.
Para cumplir su objetivo, comúnmente utilizan fertilizantes químicos para obtener en un tiempo más corto una enorme cantidad de productos, ya sean frutas o verduras.
No obstante, como su propio nombre lo indica son «químicos», lo que nos hace preguntarnos: ¿esto representa algún problema para el medio ambiente y los ecosistemas? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
Precisamente, en este post te venimos a aclarar estas interrogantes, definiendo qué son y señalando lo bueno y lo malo de esta técnica para que puedas evaluar si te conviene o no su uso.
¡Sigue leyendo!
¿Qué es la fertilización química?
Si queremos comprender qué es la fertilización química, en primer lugar, debemos conocer la definición de fertilizante —también llamado abono—, de tal manera que podamos definir qué es un producto fertilizante.
Siguiendo el orden, los fertilizantes son productos cuyo objetivo es brindarles nutrientes a las plantas.
Este tipo de productos son muy utilizados en la jardinería y agricultura gracias al gran aporte de nutrientes que les dan a los cultivos, adicionar fertilizante a nuestros cultivos supone que las plantas tendrán un mejor y fácil crecimiento, aumento de su rendimiento y mejora la calidad.
Actualmente, existen muchos tipos de fertilizantes químicos en el mercado, no obstante, tenemos que ser conscientes de que, según su composición, van a repercutir de manera distinta en el suelo y en los ecosistemas.
Los productos de origen químicos se destacan por contener al menos 1 elemento químico que requieren las plantas para su óptimo desarrollo y vida vegetal.
Objetivo de la fertilización
Busca corregir el desequilibrio producido en el suelo respecto a su contenido de elementos minerales que pueden ser asimilados por las plantas, de este modo, estar en un óptimo equilibrio de estos componentes, permite la obtención de productos de alta calidad biológica de altos rendimientos.
Ante la aplicación de un determinado elemento considerado insuficiente, los primeros años se evidencia un aumento íntegro del rendimiento debido a que se complementan las provisiones del suelo sobre ese componente.
Esto no significa que todos los años va a suceder lo mismo, en ocasiones, el rendimiento baja porque ante un uso desmedido de esta técnica, los suelos se vuelven infértiles, disminuyendo su rentabilidad.
Por este motivo, es imprescindible conocer lo bueno y lo malo de los fertilizantes químicos.
¡Empecemos con las ventajas!
Fertilizantes químicos: ventajas
Para evaluar las ventajas que genera el uso de fertilizantes químicos, vamos a dividirlos en diferentes secciones. Comencemos:
En términos de productividad
La primera ventaja que debemos mencionar, es el aumento de la cantidad de cultivos. Los agricultores los usan para obtener una mayor cantidad de frutas, verduras y, además, sean de mayor calidad.
Por lo tanto, la productividad de la compañía aumenta exponencialmente, pudiendo generar un grado elevado de beneficios extraordinarios. Con estos excedentes, podrán generar mayores puestos de empleo o reinvertir en maquinarias vanguardistas.
Por los nutrientes aportados
Los fertilizantes normalmente se componen de macronutrientes esenciales, tales como:
- Carbono (C).
- Oxígeno (O).
- Hidrógeno (H).
- Nitrógeno (N).
- Azufre (S).
- Fósforo (F).
- Potasio (K).
- Calcio (Ca).
- Magnesio (Mg).
Asimismo, contienen una menor cantidad de micronutrientes necesarios como:
- Hierro (Fe).
- Manganeso (Mn).
- Zinc (Zn).
- Cobre (Cu).
- Boro (B).
- Molibdeno (Mo).
- Níquel (Ni).
- Cloro (Cl).
Así como otros compuestos que mejoren la eficiencia de los cultivos y que evidentemente sean particularmente requeridos.
Bajos costos
Este es un aspecto bastante importante, comúnmente, los productos tradicionales manejan un solo componente, por lo que su precio y su mercado es más cerrado, pudiendo ser más costosos.
Los fertilizantes químicos están compuestos por más de un nutriente para mantener el equilibrio, esto significa que, si bien es cierto que el material puede ser más caro, no es necesario comprar varios, solo uno es suficiente; lo que lo hace más económico por la relación precio-calidad-rendimiento.
Absorción de nutrientes
Al ser preparados exclusivamente para un tipo de cultivo en particular, los fertilizantes químicos se absorben muchísimo más rápido que los naturales, por ejemplo, permitiéndonos subir o bajar los niveles de nutrientes del suelo más rápido.
Igualmente, podremos tener un mejor control sobre las concentraciones de nutrientes. Son elaborados delicadamente para que podamos regular fácilmente cuánta cantidad de cada nutriente hay en el suelo.
Aunque todo lo que he mencionado suena extraordinario, los fertilizantes químicos también tienen sus desventajas. ¡Sobre esto hablaremos en seguida!
Fertilizantes químicos: desventajas
Ya sabemos sus beneficios, los cuales, te darás cuenta de que únicamente tocan el aparato productivo o económico. Estamos de acuerdo que hay algo de lo que no hemos conversado. ¿Cierto?
En efecto, no hemos hablado en ningún momento de la salud de los suelos y del medio ambiente en general.
Toxicidad y regulación
Debido a lo peligroso que suelen ser los agroquímicos en sus formas concentradas para los seres humanos y otras especies, el Estado se encarga de regular su uso, almacenamiento y exigiendo imperativamente un equipamiento y capacitación especializada.
En otras palabras, si hay un pequeño error en su uso, pueden representar sustancias muy peligrosas.
Condiciones negativas de la tierra
Uno de los componentes considerados más efectivos y económicos, es el nitrógeno. Sin embargo, el uso constante de este químico puede generar un desequilibrio en el pH de la tierra.
Los fertilizantes químicos no alimentan la tierra, ni mejoran su calidad presente ni futura. Realmente, suelen empeorar la calidad de retención de nutrientes.
En cada usada estará dañándola cada vez más, dejándola inutilizable para ningún tipo de crecimiento futuro. Esta situación puede ser mitigada mediante la aplicación de nutrientes adicionales, pero que aumentan los costos.
De igual manera, puede suavizarse el efecto negativo mediante la rotación de cultivos como, por ejemplo, el maíz y los granos de soja son complementarios, pueden rotarse con el objeto de preservar la tierra.
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