Cultivo de agave: ¿qué tener en cuenta y cómo mejorarlo?
Como bien se sabe el cultivo de agave es muy importante para muchas comunidades en México, y conocer los secretos para mejorarlo es indispensable si queremos tener un mejor rendimiento y menores pérdidas.
¿Quieres saber cómo cultivar agave adecuadamente y rentabilizar al máximo tu ciclo de producción? Si es así, acompáñanos a conocer las técnicas que debes tomar en cuenta para lograr tus objetivos.
¡Atención con la temperatura!
Los primeros años de la vida de la planta pueden transcurrir en lugares controlados como invernaderos o viveros, o en campo abierto.
No obstante, en cualquiera de los casos, la temperatura ideal del cultivo debe oscilar entre los 20 °C y 30 °C, debido a que en su ambiente natural se desarrolla en el desierto, donde mayormente imperan dichas sensaciones térmicas. Es decir, este cultivodebe hacerse en zonas donde haya mucho sol.
Ten en cuenta los requerimientos especiales de suelo
Si la siembra la harás directamente en el suelo, en un campo abierto destinado para el cultivo de agave, este debe tener condiciones muy especiales, como lo son:
Terreno arcilloso
El terreno en el que las plantas comenzarán a desarrollarse deben ser arenosos y arcillosos, ya que es una de las características esenciales que permiten que crezca rápido y el cultivo sea sano.
Deben ser espacios francos
Primero, deben ser «francos», lo cual significa que han de contar con aplicaciones de composta y cal. Hay que colocarlas, regadas con las manos, por todo el espacio.
El PH es esencial
El PH debe ser de entre 6 y 7, pero en caso de que sea mayor —es decir, por encima de 8— tienes que agregar yeso o azufre, a fin de hacerlo ideal.
Ahora bien, para que estés seguro de cumplir con todo lo anterior, puedes solicitar un análisis de suelo, algo muy común en zonas agrícolas. De esta forma, podrás conocer los resultados y recomendaciones del laboratorio.
Opta por un riego comedido y parco
Por tratarse de una planta del desierto, el riego del agave debe ser comedido y parco.
Durante el invierno debes racionarle el agua, y solo colocarle las gotas que sean necesarias para mantenerla húmeda.
Mientras que, en la primavera, sé un poco más generoso y riégala en la medida en que la tierra lo demande; nunca la dejes mojada, solo húmeda. Y en tanto el verano se marcha, reduce la cantidad para no ahogar al árbol.
Cuida la forma del abono
Pudiera pensarse que como ocurre en otros casos, para el cultivo de agave es necesario abonar la planta todo el año, sin embargo no es así.
En los países estacionales y en los tropicales, es necesario que se coloque tierra cada tres semanas durante los primeros años de vida del árbol. Dicho procedimiento también pudiera hacerse hasta bien entrado el otoño.
Un dato importante es que durante la primavera, el abono debe ser líquido, es decir, ligado con agua. Y, sin falta, junto con el riego hay que agregarle cualquier producto especialmente formulado para la nutrición de esta especie.
Haz la reproducción a partir de los retoños
Cuando en el agave se asoma un pequeño brote debes saber que ya estás listo para multiplicarla y ver uno de los resultados de tu dedicación.
En el caso del agave azul, los mejores brotes («hijuelos» o «plantulas») son los cosechados entre el tercer y cuarto año, y tienen que medir entre 8 y 11 centímetros.
Como dato importante en el cultivo de agave, es que se vuelve necesario que conozcas que una vez que cosechas los hijuelos, debes tratarlos con fungicidas e insecticidas.
También se recomienda que los cortes se hagan con cuchillos o machetes desinfectados, preferiblemente al fuego. Luego los dejas cicatrizar un par de días para trasplantarlos.
Emplea un minucioso trabajo de poda
En el cultivo de agave, la poda forma parte de una de los secretos esenciales para garantizar el éxito de la cosecha.
Es fundamental eliminar las hojas que con el tiempo o los años se han secado. La idea es evitar que estas se conviertan en un vehículo para parásitos que a largo plazo dañan la planta.
Por otro lado, utiliza herramientas desinfectadas al realizar podas, a fin de no dañar la base del corte.
Valora el trasplante, un método para asegurar la vida de la planta
El trasplante durante los primeros años de la vida de la planta es esencial en el cultivo de agave. Esto es una opción muy válida cuando se desarrolla en ambientes controlados.
Para ello debes tomar en cuenta los siguiente:
- Usa macetas de terracota, debido a que este material permite que el árbol tenga una mejor respiración.
- Utiliza tierra para cactus, la cual muchas veces ya venden empaquetada en los viveros.
- Si es posible, añádele arena de la más fina que puedas encontrar.
- La maceta hacia la cual trasplantarás al árbol debe ser ligeramente más grande que la anterior.
- No debes colocar exceso de tierra, ya que no la utilizará y, por el contrario, podría quedar empapada de agua y morir.
Atención con los cuidados generales
Si la planta está sufriendo porque la dejaste muy empapada, toma la hoja y sécala con cuidado para evitar que se pudra, no la riegues más hasta que esté seca.
Ahora bien, si la siembra es en espacios controlados o cerrados, también debes dejar escurrir el abono.
Lo importante es que para el cultivo de agave también tomes en cuenta mantener limpia la línea del siembra, si bien las callejuelas pueden tener algo de monte o maleza, nunca debe ser mayor a la altura de la planta.
Y, si se le pegan los parásitos llamados cochinillas, que generalmente se observan como puntos rojos, toma un algodón bien mojado con alcohol y pásalo por la superficie enferma. Si el árbol es grande y lo tienes en espacio controlado, sácalo de la maceta, y échale agua y jabón. Luego se lo sacas con agua.
¡Esto es todo! ¿Realizas otras acciones para mejorar tu cultivo de agave? ¿Quedaste con alguna duda referente al tema? ¡Déjanos tus comentarios en la casilla de abajo!