cosecha abundante

¿Cómo obtener una cosecha abundante?

Obtener una cosecha abundante demanda buenas prácticas, tecnologías, conocimiento de los espacios, análisis constante y muchos otros retos claves para un proceso de cultivo satisfactorio.

Para que puedas cumplir con este gran objetivo, a continuación abordaremos las prácticas que promueven el incremento de la productividad y mejores resultados finales, centrándonos, principalmente, en la preparación y el mejoramiento del suelo, así como en el control de plagas y enfermedades.

¡Atención!

Preparación del suelo

Los suelos suministran los nutrientes esenciales, el agua, el oxígeno y el soporte de las raíces que nuestras plantas que producen alimentos necesitan para crecer y entregarnos el sustento vital.

La calidad del suelo influye en cómo la tierra recibe las lluvias, debido a un efecto amortiguador que sirve para proteger las delicadas raíces de las plantas de fluctuaciones drásticas de las condiciones de la temperatura.

El suelo sano y en estado óptimo, permitirá controlar las enfermedades plagas de insectos y malezas que afectan a los cultivos y mejorar la estructura, debido que se retendrán de mejor manera los nutrientes y la calidad del agua.

Preparar los suelos sanos y mantenerlos sanos contribuirá también a mitigar los efectos que está provocando el cambio climático, a través de la regulación de su contenido de carbono, así como disfrutar de un mejor cultivo en general. Para eso necesitamos:

Optimización de la nutrición y aplicación de fertilizantes

Los nutrientes primarios o macronutrientes son los de mayor importancia porque las plantas los sustraen del suelo en las mayores cantidades. Los tres principales de esta categoría son el nitrógeno, el fósforo y el potasio.

Los fertilizantes que contienen estos tres nutrientes están etiquetados como fertilizantes completos, los cuales son convenientes para optimizar el proceso de preparación del suelo.

Si bien comercialmente estos productos se identificarán como «completos», de todas formas debes medir los niveles de nutrientes aportados a la tierra tras los primeros periodos de aplicación, para garantizar la calidad de los mismos y los buenos resultados.

El calcio, el magnesio y el azufre, conocidos como nutrientes secundarios, también son importantes para muchas plantas, así que debes tenerlos en cuenta para la fertilización y nutrición.

Entre los micronutrientes del suelo están el boro, el cobre, el hierro, el manganeso y el zinc.

Medición y control del pH y la textura

La lectura adecuada de nutrientes y minerales es vital para tener un suelo rico y preparado para una cosecha abundante. La correcta medición del equilibrio ácido-alcalino es un elemento esencial para hacer aplicaciones y procesos de nutrición ajustados a las necesidades reales, fomentando la productividad.

En tanto, textura del suelo depende de las cantidades de arena, limo y arcilla que contiene. La arena constituye los mayores trozos de partículas del mismo. Las siguientes en tamaño son las partículas de limo, un sedimento que se transporta en suspensión a través de los ríos y el viento, depositándose en el lecho de los cursos de agua o sobre los terrenos que se inundan. Sus partículas son resbaladizas cuando están húmedas y polvorientas cuando están secas. 

Los trozos más pequeños los aporta la arcilla. Son planos y tienden a apilarse como hojas de papel. Si la tierra se siente áspera cuando está seca y resbaladiza y pegajosa cuando está húmeda, es arcilla pesada.

Ninguno de estos tipos de suelo basta por sí solo para poder generar una cosecha abundante. Es necesario darle un equilibrio y aplicar técnicas de abono y fertilización. Las raíces de las plantas tienen dificultades para crecer en el material duro y para mantenerse estables en suelos arenosos y resbaladizos.

Mejoramiento del suelo

Ya sabes que el suelo es el pilar de una sólida y sustentable producción agrícola. Para mejorarlo necesitas aplicar acciones claves como:

Aplicación de fertilizantes orgánicos

Utilizar materia orgánica en forma de abono, estiércol o los restos de cultivos anteriores en forma de abonos verdes, es una de las mejores maneras de preparar el suelo para plantarlo. Los fertilizantes químicos son una opción, pero se debe tener claridad en que solo aportará ciertos nutrientes y el estado del suelo, posterior a la aplicación, puede verse desmejorado.

Optimización del suministro de aire

Las plantas necesitan aire, tanto en la superficie para la fotosíntesis como en el suelo. El aire en el suelo contiene nitrógeno atmosférico que puede ser convertido en una forma útil para las plantas.

El oxígeno del suelo también es crucial para la supervivencia de los organismos de la tierra que se benefician a las plantas. Pero la excesiva cantidad de aire, sobre todo en suelos arenosos produce a una rápida descomposición de la materia orgánica, también evite trabajar suelos muy húmedos.

Añadir materia orgánica, especialmente compost, ayudará a equilibrar el suministro de aire (el suelo perfecto es de aproximadamente un 25% de aire). 

Retención y control del agua

Todas las formas de vida, incluyendo las plantas y los organismos del suelo, necesitan agua, pero no demasiada ni muy poca. Un suelo saludable debería tener alrededor de un 25% de agua.

Los mejores suelos tienen espacios porosos grandes y pequeños. Añadir materia orgánica es la mejor manera de mejorar la estructura del suelo. Además, la materia orgánica retiene el agua para que las plantas puedan utilizarla cuando la necesiten.

Control de plagas y enfermedades

La pulverización y el espolvoreado agrícola son métodos estándar de aplicación de productos orgánicos o químicos de control de plagas y pulverización, que debes desarrollar de manera óptima para proteger tus cultivos.

En la pulverización, los productos químicos que se aplican se disuelven, se suspenden en agua o en un portador a base de aceite. La mezcla se aplica como un manto fino sobre las plantas, los animales, los suelos o los productos a tratar.

También existe un método alternativo de pulverización con productos químicos secos y que se mezclan con un portador inerte y se aplican con algún tipo de soplador. Asimismo, se han utilizado materiales granulados secos en lugar de polvos o pulverizadores con los que se puede obtener una mejor cobertura.

Para que la aplicación sea eficiente, necesitas contar con pulverizadores modernos y de calidad, adaptados a tus necesidades, preferiblemente integrados con tecnologías de agricultura de precisión, que permitan una gestión basada en datos.

¿Cómo saber si es una cosecha abundante?

La producción se mide con el valor de mercado final, excluyendo todos los procesos intermedios. Este valor puede compararse con tipos diferentes de insumos usados, como la mano de obra. Se denominan medidas parciales de la productividad. 

La productividad agrícola también puede medirse comparando el índice de insumos agrícolas utilizados con el nivel de producción obtenido

En conclusión, lo más importante para tener una cosecha abundante es saber discriminar cómo está la salud del suelo que vamos a utilizar. Añadir abono mejorará casi cualquier suelo, por lo que si anualmente añades al suelo una capa superior de compost, estarás ayudando a la abundancia de tu próxima cosecha.

Si tienes una duda adicional o quieres compartir tu punto de vista acerca de este tema, ¡escribe en la casilla de comentarios!

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