Agricultura vertical: ¿La nueva cara de la agricultura?
La producción de alimentos en México —y en el mundo entero— está viviendo una situación crítica en los últimos tiempos: por esta razón, ahora más que nunca los desperdicios de productos están en el foco de todos y la agricultura vertical surge como una alternativa para optimizar los recursos y reducir las pérdidas.
Según el informe El estado mundial de la agricultura y la alimentación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el 34% de la producción agrícola termina en vertederos alrededor del mundo y los productos que logran llegar a anaqueles pierden hasta un 45% de su valor nutricional por los kilómetros recorridos.
En este sentido, la agricultura vertical es una técnica de generación de alimentos que permite ahorrar energía y agua que además es sostenible.
¡Sigue leyendo y descubre más sobre ella!
¿Qué es la agricultura vertical?
La agricultura vertical es una técnica de generación de alimentos en ambientes controlados que se basa en el cultivo de capas agrupadas verticalmente, cuyo objetivo es optimizar el crecimiento de las plantas sin la necesidad del suelo como base.
Este concepto no es nada nuevo: de hecho, desde 1999 se viene propagando la idea de la mano de Dickson Despommier, microbiólogo, ecologista y profesor emérito de Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad de Columbia en Estados Unidos.
Una de las razones por las cuales la agricultura vertical es un concepto novedoso y con tanta aceptación en el mundo es el cambio climático: por ejemplo, en países como Japón, Taiwán, Singapur, Estados Unidos, Países Bajos, Francia y ahora México, la agricultura vertical supone una solución ideal para lidiar con los espacios reducidos y la garantía de productos sin contaminación.
En efecto, los sistemas de agricultura vertical —por su naturaleza— logran ahorrar hasta un 90% del agua al ocupar solo el 5% del espacio necesario para una cantidad específica de cultivos. Además, los alimentos son 100% libres de herbicidas y pesticidas al producirse en ambientes controlados.
Al usar tecnología LED de última generación para alimentar las plantas, la agricultura vertical permite mantener los productos por más tiempo sin perder los nutrientes y optimiza el uso de energía.
Por si fuera poco, las denominadas granjas verticales pueden ser impulsadas hasta en 100% por energías renovables —como la generada por celdas solares— y crean oportunidades de trabajo.
Funcionamiento de la agricultura vertical
La agricultura vertical se usa para producir alimentos de manera vertical en lugar de la forma tradicional que se desarrolla en el suelo de forma horizontal.
Esta técnica es muy similar a la organización de los asientos en los estadios deportivos: su objetivo es acondicionar los factores ambientales para optimizar el desarrollo y crecimiento, aumentar la producción y potenciar los recursos.
Para eficientar estos cultivos es necesario establecerlos dentro de invernaderos o estructuras cerradas con temperaturas controladas, en los cuales se automatizan las variables ambientales y nutricionales de los alimentos mediante dispositivos electrónicos como sensores y computadoras.
De esta manera, elementos como la luz, la temperatura, el flujo de aire, el riego y los nutrientes son suministrados de manera digital, lo que significa que puede generarse de manera sostenible y constante la producción de diferentes tipos de alimentos —todo el año— al administrar el consumo de agua y establecer un mayor control de agentes externos como plagas o enfermedades propias de las plantas.
Por otro lado, existen varias alternativas urbanas de agricultura vertical en todo el mundo, en las cuales se usan diferentes técnicas que van desde la más tradicional hasta las hidropónicas o la combinación de varias para hacer más eficiente el sistema.
Ventajas de la agricultura vertical
Además de todo lo mencionado anteriormente, la agricultura vertical ofrece diferentes beneficios que la diferencian de la agricultura tradicional y que sirven como punto de comparación, por ejemplo:
Aprovechamiento de espacio
Lógicamente, la optimización de espacio es un elemento diferencial en la agricultura vertical, lo que significa que se puede plantar más en menos espacio físico: esto genera mayor rentabilidad a los negocios.
Mayor producción en los cultivos
El aumento significativo en la cantidad producida es otra de las ventajas de la agricultura vertical.
En general, las granjas verticales permiten reducir los riesgos de plagas y enfermedades, lo que facilita la generación de más productos durante las cosechas.
Además, los ambientes controlados brindan apoyo a la hora de generar alimentos todo el año: por consiguiente, favorece a la rentabilidad al no depender de las estaciones y sus condiciones climáticas.
Preservación del medio ambiente
Una ventaja que contribuye a la sostenibilidad del planeta es la de proteger el medio ambiente al no tener que deforestar áreas para ampliar los espacios de cultivo.
Ahorro de agua
Ya lo dijimos, la agricultura vertical puede generar un ahorro hasta del 90% del agua con respecto a la agricultura tradicional.
Esta práctica se centra, básicamente, en el ahorro de este elemento por medio de sistemas aeropónicos, hidropónicos y acuapónicos para la conservación de este recurso.
Mejor mantenimiento de los productos
Un factor diferencial que tiene esta técnica es la de preservar por más tiempo los productos al proporcionar las características ambientales ideales para su mantenimiento.
En otras palabras, si cultivas fresas —uno de los productos más difíciles de mantener en temperaturas elevadas— usando la técnica de la agricultura vertical, podrás generar las condiciones para controlar la temperatura y disponer de la cosecha durante tiempos más prolongados.
Cultivos orgánicos
Una de las preocupaciones más recurrentes por consumidores, productores y distribuidores de alimentos del campo es la generación de productos orgánicos: las granjas verticales son instalaciones creadas para producir de forma completamente orgánica todo tipo de alimentos.
Como resultado, se puede esperar frescura, naturalidad y calidad muy superior a la obtenida por medio de métodos más tradicionales e industrializados.
¡Listo! ¡Ya que conoces la agricultura vertical es tiempo de que tengas la tuya!
La buena noticia es que si posees granjas tradicionales no son mutuamente excluyentes: en efecto, podrías adaptar este tipo de instalaciones dentro de tus terrenos para generar alimentos fuera de temporada y mantener su frescura por más tiempo.
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