agricultura sin labranza

Agricultura sin labranza: ¿qué es y cómo funciona?

¿Sabías que la agricultura sin labranza es una tendencia que ha tomado fuerza en los últimos años? La razón es que aporta resultados positivos en la conservación del suelo, ahorro de agua, reducción de costos, entre otros factores.

Pero, ¿cómo es esto posible?, ¿tenemos que volver a los métodos tradicionales agrícolas? En este post vamos a responder todas tus dudas y a explicarte de qué se trata.

¡Lee hasta el final!

¿Qué es la agricultura sin labranza y cómo funciona?

Lo primero que debes entender es el concepto de este tipo de faena. También se le conoce como agricultura de conservación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la define como un sistema de cultivo en el que no se utiliza maquinaria agresiva que pueda causar daños en el suelo.

No se trata de un concepto nuevo, nació en Estados Unidos en el año 1930. Tras un largo periodo de sequía, los suelos productivos experimentaron daños que amenazaban la producción de alimentos.

Entonces, se ideó sembrar haciendo la menor intervención mecánica posible. El objetivo era no causar más deterioro en los terrenos y se logró.

Posteriormente, empezó a extenderse este método a otros países y en la actualidad se practica en por lo menos 160 millones de hectáreas en todo el mundo.

Características de la agricultura sin labranza

Este tipo de agricultura se caracteriza por realizar lo que se conoce como siembra directa. Consiste en la producción de los cultivos sin intervención mecánica o con una alteración mínima del suelo.

Esto no significa que el terreno no se prepare para la siembra, pero sí se trata de aprovechar al máximo sus condiciones naturales. Dependiendo su naturaleza, la estructura del suelo puede ser modificada pero de una forma mínima.

La agricultura de conservación tiene características muy específicas. Son estas algunas de las más significativas:

  • Las labores del agricultor comienzan en la siembra y no en la preparación del suelo;
  • No se realiza un abonado de fondo;
  • Generalmente, la superficie del suelo permanece intacta después del último cultivo;
  • Si es necesario preparar el suelo, se hace bajo estrictos controles para no alterar su composición natural.

Diferencias con la siembra convencional

No hay que confundir la agricultura de conservación con la siembra convencional. Hay una característica específica que la diferencia:

En la siembra convencional se remueve la capa superior del suelo antes de iniciar el proceso agrícola, mientras que en la labranza cero se aprovecha esta capa para mantener el nitrógeno, las lombrices y la humedad.

La siembra bajo los métodos tradicionales se usa cuando existe la necesidad de airear el suelo, agregar fertilizantes y preparar la tierra para las raíces muy frágiles. Además, favorece la erosión del suelo y al mismo tiempo permite que este libere carbono, lo que contribuye a lo que conocemos como el efecto invernadero.

Principios de éxito bajo esta metodología

La agricultura sin labranza tiene tres principios básicos que se aplican para garantizar el éxito de este tipo de trabajo en el campo. Veamos:

1. Labranza mínima del suelo

Se trata de reducir la preparación del suelo al mínimo. El objetivo es que el terreno tenga las condiciones adecuadas para el desarrollo de raíces a mayor profundidad y mejorar el drenaje.

2. Rotaciones de cultivos de cobertura

La rotación de cultivos tiene como objetivo mejorar el rendimiento del suelo. Se hace cambiando el tipo de siembra cada año, de esta manera se le permite a la tierra recuperarse y evitar la propagación de plagas.

3. Cubierta continua de residuos vegetales

Mantener una cobertura vegetal en el suelo siempre ha sido un principio fundamental de la labranza cero, ya que recicla los nutrientes y mejora la estructura del terreno. Además, es eficiente para evitar plagas y malezas.

¿Cómo adoptar la agricultura sin labranza?

Este tipo de agricultura, como ya lo mencionamos, tiene principios básicos. Sin embargo, su implementación puede variar de acuerdo a las necesidades del tipo de planta que se sembrará, las herramientas disponibles, la condición de los suelos, entre otros factores.

Antes de adoptar esta técnica es preciso:

  • Realizar un análisis del terreno para conocer el PH del suelo y la cantidad de nutrientes presentes;
  • Determinar cuáles son los recursos disponibles y las limitaciones. De esta manera se pueden tomar decisiones acertadas para la siembra y posterior cosecha;
  • Trabajar en maximizar la calidad de cada una de las etapas del cultivo;
  • Disminuir el uso de métodos que ocasionen un impacto negativo en el medio ambiente;
  • Aprovechar el conocimiento de los agricultores;
  • Distribuir eficientemente los cultivos;
  • Hacer uso eficiente de los recursos que aporta la naturaleza.

Ventajas y desventajas de la agricultura sin labranza

Antes de decidir si adoptarás la agricultura labranza cero, es de gran valor que conozcas cuáles son los beneficios que aporta y también las desventajas.

Ventajas de la labranza cero

Los beneficios pueden variar de acuerdo al tipo de siembra, clima, condiciones del terreno, entre otros factores. Pero algunos son más generales, aquí los apuntamos:

Conservación del nitrógeno en el suelo

El empleo eficiente del nitrógeno en la agricultura es fundamental para lograr cultivos de la más alta calidad. Las plantas tienen notables mejoras cuando este elemento químico está presente.

Si el suelo no es labrado, el nitrógeno se fija a este y está disponible para las plantas desde el momento de la plantación.

Conservación de la estructura del suelo

Si el terreno presenta una buena estructura, sin problemas de drenaje y óptimos niveles de materia orgánica, no es necesario modificar estas propiedades. Es uno de los casos en los que la agricultura de conservación es viable.

Incremento de la materia orgánica

La descomposición de cultivos anteriores en el suelo permite un incremento en la materia orgánica de la superficie. Esto se traduce en alimento para los microorganismos indispensable para la agricultura.

También se preservan algunas especies como las lombrices de tierra, que son importantes aliadas en la agricultura. Estas desechan humus que es capaz de multiplicar el potasio en el suelo.

Desventajas de la labranza cero

Estas son algunos de los retos a enfrentar cuando se adopta la agricultura de conservación:

Riesgo de perder los cultivos

La ausencia de la preparación de los suelos para controlar las plagas y no usar las herramientas adecuadas, puede llevar al fracaso en los cultivos si se experimenta una reducción en la calidad de las plantas.

De allí que, aunque no se recurra a la labranza, sí se establezcan técnicas que permitan el cuidado de la siembra.

Propagación de plagas y enfermedades

La retención de los residuos en la superficie, así como favorece la retención del nitrógeno y la preservación de las lombrices, también puede permitir la propagación de plagas y enfermedades en las plantas.

Difícil incorporación de los fertilizantes

Al no poder utilizar máquinas para enterrar los fertilizantes, se hace complicado incorporarlos al suelo. En estos casos, es necesario recurrir a la apertura de surcos de forma manual y esto conlleva mayor tiempo.

Como te has podido dar cuenta es un tipo de agricultura que requiere de especial atención y hay que estudiar bien los cultivos para implementarla. Antes de despedirnos te invitamos a conocer la línea de productos Jacto.

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