agricultura de regadio

¿En qué consiste la agricultura de regadío?

El acelerado aumento de la población mundial ha llevado a que los métodos de cultivo se ajusten para asegurar un suficiente suministro de alimentos, capaz de satisfacer niveles de demanda que no paran de crecer. Esto a dado paso, por ejemplo, a prácticas como la agricultura de regadío.

La intensificación agrícola es la única manera de proveer los productos alimenticios necesarios para la supervivencia humana y, por ello, este método de producción ha cobrado una gran relevancia, siendo practicado en todos los rincones del mundo.

Además, si es aplicada de forma correcta, este tipo de agricultura responde a una de las grandes demandas del planeta y la sustentabilidad ambiental: la optimización del recurso más vital tanto para la industria como para el ser humano, como lo es el agua.

Dada la relevancia de esta práctica, hoy queremos invitarte a que conozcas más sobre ella en este artículo.

En las siguientes líneas te diremos, a ciencia cierta, qué es la agricultura de regadío, cuál es su panorama en la actualidad, de qué forma se aplica, qué beneficios proporciona y cuáles factores tener en cuenta para desarrollarla de manera efectiva, entre otros puntos de interés.

¡Aprovecha el contenido!

Agricultura de regadío: ¿Qué es?

Consiste en la aportación o suministro de agua a los cultivos a través de diferentes métodos artificiales de regadío. En otras palabras, es un método de producción basado en la dotación constante de agua a los cultivos, con la finalidad de mantener niveles de hidratación y humedad ideales para el desarrollo de determinadas especies.

Cuando se trabaja con cultivos a gran escala, que demandan constante flujo de agua o frecuentes instancias de riego, esta forma de agricultura se convierte en una gran aliada. En concreto, es muy recomendable para la explotación y desarrollo de hortalizas, arroz, la mayor parte de los árboles frutales y algodón.

Las principales técnicas utilizadas son:

  • Por drenaje: Canaliza el agua consiguiendo el mejor aprovechamiento.
  • Por aspersión: Imita a la lluvia dispersando gotas de agua, ya que vierte el agua por gota sobre el terreno.
  • Por riego localizado (delimitado) o goteo: Libera gotas o un chorro fino de agua a través de agujeros de una tubería situada sobre o debajo de la siembra.
  • Por infiltración o canales: Obras de ingeniería.
  • Por surcos o arrollamientos: Se aprovecha la tierra para distribuir el agua entre los cultivos (se utiliza labranza y pendiente uniforme).
  • Por superficie: Cubre toda o casi toda la superficie cultivada.
  • Por inundación o sumersión en bancales.

Ahora bien, el método de riego más utilizado es el de inundación o surco, seguido por aspersión y finalmente por goteo.

A pesar de que la agricultura por regadío requiere un alto capital de inversión y mantenimiento de infraestructura, y un sistema avanzado de distribución (balsas, pozos, tuberías, drenajes, canales, etc.), esta permite satisfacer las necesidades hídricas de diferentes cultivos y elevar la producción de alimentos a través de la transformación de una agricultura de secano en regadío.

¿Cuál es el panorama actual de esta técnica productiva?

Actualmente, la agricultura de regadío es ampliamente utilizada, en todos los rincones del mundo, convirtiéndose en uno de los pilares de la producción intensiva y a gran escala.

Los siguientes datos del Banco Mundial dan fe de ello:

  • El 70% del agua que se extrae a nivel global es destinada a la práctica agrícola.
  • Aproximadamente 330 millones de hectáreas producen con instalaciones de riego.
  • La agricultura de riego atiende el 20% de la superficie cultivada.
  • Este tipo de agricultura proporciona el 40% de la producción total de alimentos alrededor del mundo.

Estas estadísticas demuestran, una vez más, que los recursos hídricos configuran un punto clave en la dinámica de la agricultura a nivel mundial.

Sin embargo, como cualquier tipo de recurso, el agua es finita, lo cual obliga a los productores a equilibrar la búsqueda de rendimientos óptimos con la racionalización del uso del líquido vital.

Por ello, antes de iniciar un cultivo que requiere abundante riego, debes analizar con cuidado si tienes a disposición herramientas y conocimientos suficientes para administrarlo de forma eficiente, evitando el desperdicio de agua.

En lo que respecta a América Latina, América del Sur cuenta con casi el 90% del área equipada para riego en toda la región tan solo en sus 3 principales países agricultores: Argentina, Brasil y Perú.

El gigante suramericano tiene una superficie equipada para riego de 5.4 millones de hectáreas, Perú posee 2.5 millones y Argentina 2.36 millones, lo que representa un 34%, 16% y 15% respectivamente de la superficie total de la región. Por otro lado, México posee una importante área irrigada con 6.5 millones de hectáreas.

¿Cuáles son los principales cultivos de regadío?

Los principales cultivos que requieren de la agricultura de regadío son:

  • olivo;
  • maíz;
  • cebada;
  • patatas;
  • trigo;
  • centeno;
  • remolacha azucarera;
  • avena;
  • arroz;
  • cebolla;
  • jitomate.

Sin embargo, los cítricos y flores no dependen de la estación y necesitan constantemente el aporte de agua para su desarrollo.

Por otro lado, a pesar de que la vid y el olivo pueden darse tanto en secano como en regadío, en el segundo caso producirán mucho más.

Aspectos a tener en cuenta para la agricultura de regadío

Para que la agricultura de regadío funcione correctamente es necesario contar con los equipos, maquinarias e instalaciones aptas, como lo son pequeños embalses, barcazas, acueductos, entre otros.

Además, es vital que en todo momento se favorezca el desagüe, de esta forma se evita la acumulación excesiva de agua.

También, se deberá implementar estaciones de bombeo, esto dependerá de la superficie sobre la cual se esté sembrando.

Una vez se han resuelto todos estos puntos, el agrónomo elige el método que más se ajuste a las necesidades de los cultivos y al terreno.

Por otro lado, es importante resaltar que en la agricultura de regadío, el agua se toma tanto de ríos, pozos, lagos o corrientes naturales como de estaciones depuradoras y lagos salados (para este caso es necesario someter el líquido a procesos de desalinización).

Además, la distribución frecuentemente se lleva a cabo por acequias o tuberías de presión, sin embargo en algunas fincas o terrenos se vuelve necesario habilitar balsas o embalses para garantizar la acumulación de agua de lluvia.

Por último, es indispensable optimizar el uso del agua para evitar incurrir en malas prácticas que afecten el ecosistema.

Factores a considerar a la hora de elegir la agricultura de regadío 

Antes de optar con la agricultura de regadío es necesario tener en cuenta los siguientes elementos:

  • La topografía del terreno —existencia de caminos, acequias, longitud y anchura de la parcela, pendiente—;
  • Características del suelo: principalmente su capacidad de retener agua;
  • el cultivo y su necesidad de agua para desarrollarse;
  • Acceso a la suficiente cantidad de agua: a un precio accesible y razonable;
  • Calidad del agua;
  • Posible erosión del suelo.

5 grandes ventajas de la agricultura de regadío

La agricultura de regadío es muy efectiva para el cultivo de las especies señaladas anteriormente, gracias a su capacidad de orientar el agua hacia los lugares de labranza utilizando diferentes técnicas artificiales de riego. 

Ahora que conoces en qué consiste este tipo de agricultura, es hora de descubrir sus principales ventajas. ¡Veamos!

1. Ahorro de agua

Sí, la agricultura de regadío es un sistema de producción que se basa en la demanda de agua. Pero, si es aplicada de forma estratégica, coherente e inteligente, es capaz de optimizar este recurso tan importante para la actividad agrícola en general.

Este tipo de agricultura fomenta un ahorro de aproximadamente el 60% del agua, si se aplica a través del riesgo balanceado.

Esto ocurre porque los diferentes mecanismos de aporte de agua son artificiales, lo cual permite un estricto control del caudal utilizado, llevando a puntos mínimos los desperdicios.

En otras palabras, utiliza la cantidad justa y necesaria de agua para mantener la hidratación y los valores adecuados.

2. Adaptación a prácticamente todos los tipos de relieve

En definitiva, la superficie no llega a ser considerada un obstáculo para poner en marcha este sistema de agricultura.

En virtud de las diferentes técnicas de riego, es posible seleccionar la alternativa que mejor se adapte al tipo de suelo que deseas cultivar, incluso, terrenos con capas delgadas.

3. Producción en medio de periodos de sequía

Muchas zonas alrededor del mundo padecen períodos de sequía tanto parcial como total.

En esos casos, se implementa la agricultura de regadío con la intención de subsanar este problema y, así, posibilitar el desarrollo de las plantaciones incluso en lugares no favorables para la actividad, desde el punto de vista medioambiental.

4. Promoción de la seguridad alimentaria

Su capacidad para incrementar la productividad y operar en medio de condiciones adversas, como lo son las sequías, asegura la satisfacción de la demanda de alimentos en todos los periodos del año y, en consecuencia, la seguridad alimentaria.

5. Reducción de trabajos manuales de riesgo

Como la infraestructura necesaria para la práctica del regadío puede mantenerse vigente por muchos años, ocasiona una poderosa reducción en los gastos a la mano de obra para el riesgo.

De esta manera, los operadores se dedican mayormente a la supervisión y control, agregando valor a los procesos y contribuyendo con una óptima toma de decisiones.

Además de las ventajas señaladas en este apartado, vale la pena añadir que la agricultura de regadío es fantástica para promover un riego lineal y es extremadamente resistente a diferentes tipos de productos químicos, así como a la luz ultravioleta. 

7 de las principales metodologías de riego de la agricultura de regadío

En efecto, el riego es uno de los sistemas de distribución de agua más eficientes en la agricultura, principalmente porque se fundamenta en el avance tecnológico para crear alternativas cada vez más económicas y ecológicamente correctas.

Ante el panorama actual, de extremada preocupación con el consumo consciente de agua, el agronegocio que selecciona la metodología de riego adecuada para cada cultivo fortalece su rentabilidad y productividad y, al mismo tiempo, la responsabilidad social.

A continuación, explicamos cuáles son las metodologías de riego más utilizadas, así como sus características e indicaciones.

1. Riego localizado o por goteo

También denominado como técnica gota a gota, suele ser usado en lugares donde el agua es escasa, por lo tanto, contribuye considerablemente con la optimización del recurso.

Esta metodología aporta agua por medio de la liberación de un chorro fino o de gotas, utilizando, para ello, una tubería plástica con múltiples agujeros. 

Es decir, el aporte hídrico ocurre a través de la distribución del agua por goteros que humedecen las raíces de las plantas. En esta modalidad, se efectúa el suministro del líquido tanto por debajo como por encima de la capa de tierra.

Este sistema de riego se presenta bajo dos formas:

Tubería sin goteo

Se distribuye la tubería a lo largo de todo el espacio que se deba regar. Posteriormente, se agrega un gotero, logrando, de este modo, un efectivo control del suministro de agua.

Tubería con goteo

Es posible adquirir tuberías con un sistema de goteo integrado, incluso, esta alternativa es más fiable que la anterior, puesto que no es necesario manipular la manguera, lo cual evita obstrucciones por medio de drenaje de impurezas y proporciona caudales óptimos.

¿Y qué son los caudales? En esencia, es la medición de litros suministrados en el período de una hora. En lo que concierne a dichas tuberías, es posible encontrarlas en los rangos de 0,8, 2,3 y 8 litros por hora.

Independientemente del tipo de tubería seleccionada, el sistema de goteo aporta las siguientes ventajas:

  • Automatización del riego, fomentando una mayor libertad y control;
  • disminución del consumo de agua;
  • reducción de la proliferación de plagas y malas hierbas.

2. Aspersión

El método consta de canalizaciones subterráneas o no, que distribuyen el agua por tuberías, efectuando su proyección a la superficie bajo presión. Como resultado de esta pulverización, se obtiene un efecto similar al ocasionado por la lluvia. 

En cuanto a la fuerza con la que expulsa el agua, es medida considerando la presión por centímetro cuadrado y tomando en cuenta los siguientes criterios:

  • Baja presión: Cuando se trabaja con 1,5 kg por centímetro cuadrado y un alcance de hasta 12 metros;
  • Presión media: Ocurre cuando la distancia aumenta alcanzando 25 metros y la presión oscila entre 1, 5 y 4,5;
  • Índice alto: Es necesario aplicar una presión igual o superior a 4,5 kg por centímetro cuadrado, utilizando un aspersor con alcance de 60 metros.

Entre las principales ventajas de esta técnica, podemos destacar:

  • Ajuste de la potencia y de la orientación del riego, lo cual se traduce en mayor precisión y alcance;
  • puede ser usada tanto en terrenos llanos como accidentados con depresiones o elevaciones;
  • reducción en el consumo del agua, en virtud de las diferentes potencias de las mangueras;
  • en el momento en que el agua alcanza el suelo, esta se deposita con una baja presión, evitando daños a los vegetales o raíces de las plantas.

3. Surcos o arrollamientos

El riego por arrollamientos o surcos es una alternativa muy interesante para pequeños y medianos productores, debido a que suele demandar una baja inversión inicial.

Sin embargo, es necesario señalar que el riego solo es efectivo cuando los operadores cuentan con conocimientos acerca del sistema y del cultivo que deben cuidar.

También conocido como riego por gravedad, el método es utilizado para proveer agua a los cultivos sembrados a través de disposición en hileras, como es el caso del maíz, las hortalizas y la mayor parte de las frutas. 

En este sistema de riego por superficie, el agua se desliza desde la parte ubicada en la cabecera de los surcos del potrero hasta el extremo más bajo gracias a la acción de la gravedad, posibilitando así una infiltración gradual. 

En lo que concierne a la cantidad de agua, es fundamental controlar el volumen para evitar la erosión del suelo y optimizar su eficiencia.

4. Canales o infiltración

Este sistema artificial de aporte de agua es usado para compensar la falta de precipitaciones, es decir, no suele ser utilizado de manera continua, sino por motivos económicos y técnicos.

De esta manera, es interesante implementarla siguiendo un cronograma de acuerdo con el perfil meteorológico local, aprovechando, de este modo, la capacidad de retención hídrica del suelo.

Generalmente, es aplicado en suelos ligeramente arcillosos, por lo que, antes de iniciarlo, es fundamental preparar el suelo efectuando su nivelación con una pendiente entre 0,5% y 1%.

5. Sumersión o inundación

En efecto, este mecanismo de riego es un sistema tradicional, nacido hace más de 7000 años en China para cultivar arroz en las terrazas planas.

Además de su utilización milenaria, esta técnica es superficial y mínimamente tecnificada y tiene como objetivo promover un flujo de agua uniforme en la parcela del cultivo. 

Conocido por su aplicación en los cultivos de arroz, el sistema de riego por inundación requiere un ajuste previo en el suelo, de modo que el futuro espacio irrigado sea prácticamente horizontal. El suministro de agua ocurre en virtud de la colocación de diques alrededor de dicha superficie. 

En este sistema, cuando el espacio de cultivo se llena de agua, se cierra automáticamente su entrada, lo que conlleva a evaporación y evita el uso abusivo del recurso, así como la circulación excesiva sobre el suelo.

Entre los principales beneficios de este método, destacamos:

  • Gran uniformidad;
  • alto nivel de humedad;
  • extremada eficiencia;
  • fácil explanación;
  • bajo costo de mantenimiento y operación.

Asimismo, el método se destaca por el uso de locales pantanosos húmedos, que no suelen ser empleados para otros cultivos y el control eficiente sobre el caudal.

6. Drenaje

Este método tiene como fundamento el manejo de las fuentes de agua, por lo cual, es posible clasificarlo en virtud de: 

  • La fuente que trabaja -subterránea o superficial;
  • mecanismo de almacenamiento;
  • sistemas de transporte y de distribución;
  • formas de aplicación en el campo.

7. Pivote central

Creado por Frank Zubach, además de haber sustituido el riego gravitatorio o tradicional en muchas fincas, este sistema es reconocido como uno de los más efectivos en términos de irrigación para grandes extensiones de tierra.

Conocida como técnica de pivote central fijo o móvil, posee una estructura durable, versátil y muy rígida que se adapta, prácticamente, a casi todo tipo de terreno cuya inclinación alcance un nivel máximo de 30%. 

En lo que concierne a su estructura, está compuesto por un cañón de aspersión o un brazo extensible en la punta y avances lineales o frontales con giro o transportables. Es posible encontrar pivotes entre 1 torre, ideales para la irrigación de áreas inferiores o iguales a 20 ha, y 20 torres -usados en extensiones de tierra con 200 ha o más.

De hecho, mucha gente cree que el riego mecánico por pivote es recomendado apenas para la irrigación de áreas circulares, sin embargo, gracias a su ingeniería, es posible adaptar esta metodología para aplicación en superficies cuadradas y rectangulares optimizando el uso del agua y el aprovechamiento de la superficie cultivable.

En efecto, este tipo de sistema de irrigación proporciona numerosas ventajas a las fincas como:

  • Reducción de la mano de obra;
  • mejora del rendimiento de los cultivos;
  • economía hídrica;
  • ahorro en agroquímicos y en energía;
  • amplio alcance abarcando, incluso, lugares que difícilmente podrían ser regados considerando otras vías.

Por lo tanto, se puede implementar la agricultura de regadío considerando diferentes técnicas. Para obtener la máxima eficiencia, es fundamental considerar el tipo de cultivo, suelo e incidencia hídrica en la región.

En cuanto a la frecuencia de uso de los métodos señalados anteriormente, el riego por inundación o sumersión es el más utilizado en la agricultura de regadío, principalmente, a raíz de la reducción de costos. 

No obstante, en la actualidad, se observa una migración gradual hacia la ampliación del uso del riego por goteo o aspersores.

Para implementar este método, es necesario efectuar una mayor inversión en equipos. Pero, a la larga, este puede ocasionar beneficios no solo económicos, sino también de reconocimiento de mercado, ya que es considerada la práctica de mayor conciencia ecológica.

Factores que interfieren en la selección de un método de regadío

Como dijimos antes, la elección de la técnica de regadío depende del cultivo que se desea desarrollar, así como de sus necesidades hídricas.

Sin embargo, existen otros factores igualmente relevantes y que afectan la productividad y el rendimiento de los cultivos, por lo cual también deben ser valorados. Hablamos de:

1. Topografía de la superficie

Es indispensable verificar la existencia de caminos, pendientes, anchura y longitud del terreno, acequias y otras formaciones que puedan comprometer la efectividad del método.

2. Características del suelo

En cuanto a este punto, es fundamental observar su capacidad de absorción, pues esto ayudará a definir el volumen requerido para el eficiente crecimiento vegetal.

3. Accesibilidad y calidad del recurso

Verificar las posibles fuentes de suministro, así como el precio de cada una, es importante para que la planificación del cultivo sea hecha de manera adecuada y el productor sepa de antemano cuánto deberá invertir en el riego.

4. Impacto ambiental 

El productor debe tener en mente que, cada método, impacta de una determinada manera al medio ambiente, ya sea en virtud de la cantidad de agua demandada o por el nivel de erosión que ocasiona en el suelo.

Fuentes hídricas en la agricultura de regadío

En este sistema, se utiliza artificialmente el agua de ríos, lagos, corrientes naturales, estaciones depuradoras o pozos. Asimismo, es posible obtenerla de lagos salados, sin embargo, en este caso, el agua debe pasar por un tratamiento de desalinización, evitando así daños a los terrenos y a las plantaciones. 

A raíz de las diferencias inherentes a cada método de riego, se suele distribuir el agua por medio de diferentes estructuras. Para esta finalidad, a menudo, se utilizan acequias o tuberías de presión. Asimismo, en algunas fincas, puede ser necesario recurrir a la habilitación de embalses con el objetivo de garantizar la acumulación de agua de origen pluvial.

Como puedes ver, la adopción de una u otra fuente hídrica depende mayoritariamente del método de riego empleado. No obstante, independientemente de la técnica escogida, se busca alcanzar un objetivo en común, que es optimizar la utilización del agua tanto para evitar posibles daños al medio ambiente como para reducir costos, aumentar la productividad y, así, generar mayores ingresos. 

¿Cómo impacta la agricultura de regadío en el medioambiente?

La agricultura de regadío tiene 2 beneficios principales, los cuales, tienden a ser más subjetivos que cuantitativos.

Primeramente, es indispensable destacar la gran influencia de los sistemas de riego en el paisaje.

La implementación de riego y zonas de agua en los campos representa un valor icónico para el paisaje, lo que es una riqueza natural de la que carecen las zonas de agricultura de secano, que se caracterizan por ser más áridas.

Asimismo, es muy destacable que la biodiversidad mejora junto con la multiplicidad de especies de flora y fauna que crecen en entornos ricos en agua.

Un sistema de almacenamiento y distribución de este líquido típico de los sistemas de riego favorecen la presencia de más plantas y animales de la zona.

¿Qué podemos concluir?

La agricultura de regadío es la práctica de cultivo que tiene como base el suministro de agua por vías artificiales como canales, surcos, aspersores, goteo y otras estructuras.

Es decir, su aplicación puede ser realizada considerando diferentes metodologías que, al aplicarse de manera correcta, promueven la agricultura eficiente y productiva, incluso, en zonas no aptas como suelos muy arenosos. 

Bajo esta perspectiva, la selección del método involucra información acerca de las características del suelo, flujo hídrico local y condiciones y grado de impacto en el medio ambiente.

En cuanto a este último punto señalado, recuerda que tener responsabilidad ambiental debe ser una prioridad no solo por fomentar una posición ecológicamente correcta en el mercado, sino también por ser un elemento estratégico.

El agua, los suelos y otros recursos naturales son medios esenciales para el desarrollo de la actividad agrícola, y debemos asegurarnos de que podamos disponer de estos en el futuro, para nuevos ciclos de producción.

Ten presente que el ambiente padece cada vez más las consecuencias de la tala excesiva de árboles, el uso abusivo del agua y la adopción intensiva de productos químicos que a la larga pueden generar profundos daños ambientales.

Por supuesto, además de la reducción de la huella ambiental, la adaptación del sistema correcto para la práctica de la agricultura de regadío se traduce en múltiples beneficios para los productores, como:

  • Optimización de la cosecha;
  • control de las hierbas malas;
  • mejora de la fecundidad del suelo;
  • reducción y eliminación de los daños causados a las raíces debido al riego excesivo, como la asfixia, por ejemplo.

En general, en lo que se refiere a sus beneficios, la agricultura de regadío posibilita reducir los costos de producción, reduce el consumo de agua, aumenta el potencial productivo de un agronegocio y optimiza la rentabilidad a través de la puesta en marcha de técnicas sustentables.

¡Ahora sí llegamos al final!

Ya tienes en tus manos toda la información para aplicar este sistema de producción y aprovecharlo al máximo.

Al tratarse de una muestra de la innovación y evolución de la actividad agrícola, es importante aplicarlo junto con diferentes tecnologías y soluciones que incrementan los niveles de conocimiento del estado de los suelos, optimicen la toma de decisiones y, en líneas generales, proporcionen un mayor control operacional.

Sensores que miden aplicaciones y estados nutricionales del suelo y las plantas, herramientas de telemetría que centralizan datos y dispositivos GPS son algunos de los recursos avanzados que pueden ayudarnos a migrar definitivamente a un funcionamiento inteligente, que optimice todos los recursos.

Además, enfócate en capacitar a tus operadores y equipos de trabajo en todo lo referente a la agricultura de regadío y las innovaciones de la industria.

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